Nayib Bukele, de 42 años, asumió el sábado por segunda vez la presidencia de El Salvador, en un escenario donde controla la mayoría del Congreso salvadoreño y su popularidad es cada vez más alta.
Por Voz de América
En una ceremonia en el Congreso y ante la asistencia de varios líderes extranjeros, Bukele colocó su mano izquierda sobre la Biblia que sostenía su esposa Gabriela y juró cumplir las leyes de la nación. Luego se le impuso la banda presidencial.
A la ceremonia de asunción, que se llevó a cabo en el Palacio Nacional, asistieron el rey Felipe VI de España, los presidentes de Argentina, Javier Milei, de Costa Rica, Rodrigo Chaves; el secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Alejandro Mayorkas y Donald Trump Jr, hijo del candidato a la presidencia de EEUU Donald Trump, entre otros.
Desde las primeras horas de este 1 de junio, cientos de salvadoreños se acercaron a la plaza donde se encuentra el Palacio Nacional para presenciar la toma de posesión de Bukele.
Uno de ellos es José Emilio Bautista, un salvadoreño residente en el oriente del país, quien llevaba tres días en San Salvador esperando el acto. «Ahora vivimos mejores momentos, podemos caminar con libertad», señala.
Esa misma idea la comparte Mauricio Hernández, un salvadoreño que describe el horror en el que vivía El Salvador antes del régimen de excepción. «Era como que estuviéramos presos, no podíamos salir, no podíamos andar en libertad», explica.
En El Salvador operaban la Mara Salvatrucha y el Barrio 18, dos peligrosas pandillas que sometieron a los pobladores por años.
Mientras unos alaban la reducción de la tasa homicida, otros esperan para el próximo un mejor clima económico en un país donde el salario mínimo es de 365 dólares aproximadamente.
Considerado el presidente más popular de América Latina, según la ONG Latinobarómetro, Bukele llegó al poder en 2019 luego de debilitar a la derecha tradicional ARENA y al partido de izquierda que lo llevó a la política FMLN.
Bajo su gobierno, se llevó a cabo una de las estrategias de mano dura más fuertes contra las pandillas, un régimen de excepción que logró desarticular las estructuras en el territorio y reducir la tasa homicida de 38 por cada 100.000 habitantes en 2019 a 2,4 en 2023.
Pero no todo en el periodo Bukele ha sido aplausos. La oposición lo señala de asumir un segundo mandato de forma inconstitucional, pues la Carta Magna del país centroamericano prohíbe la reelección presidencial continua.
A principios de febrero, Bukele arrasó en las presidenciales con el 84,6% de los votos, pese a los reclamos de sus opositores y algunos miembros de la comunidad internacional que denunciaron los comicios asegurando que la Constitución del país prohíbe la reelección inmediata.
La Corte Suprema de Justicia, repleta de jueces seleccionados por los aliados de Bukele en el Congreso, había dictaminado en 2021 que Bukele podía buscar su segundo mandato.
Esta es la segunda vez en 84 años que un presidente se reelige en El Salvador.
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