Las colas de camiones parados intentando entrar en Estados Unidos son habituales en la frontera con México. Sin embargo, desde hace poco, los vehículos del paso fronterizo de Otay Mesa, que separa California de la ciudad de Tijuana, hacen cola para entrar en México. Los camiones no viajan muy lejos: descargan sus contenedores en almacenes de nueva construcción a sólo 15 km al sur de la frontera. A continuación, separan la mercancía en miles de pequeños paquetes y la transportan de vuelta a Estados Unidos. Aunque estas importaciones se fabrican en China y se compran en Estados Unidos, no se pagan aranceles. Es el doble paso de Tijuana.
Los dos pasos son una forma en que algunos minoristas aprovechan una laguna jurídica en las normas comerciales estadounidenses conocida como la exención “de minimis”, que significa “demasiado pequeño para jugar con él” y permite que paquetes con un valor inferior a 800 dólares entren a Estados Unidos sin tener que apagar aranceles. Se espera que este año lleguen más de 1.400 millones de paquetes, por un valor de al menos 66.000 millones de dólares, en virtud de la exención, frente a los 500 millones de 2019. La norma expone fallas en la estrategia arancelaria del Tío Sam: los minoristas tradicionales que importan de China deben pagar aranceles, mientras que sus rivales extranjeros los evitan por completo. Algunos legisladores ahora quieren cerrar el vacío legal, una medida que afectaría a los estadounidenses pobres.
Al borde de la locura
El Congreso creó la exención en la década de 1930 para reducir las molestias para, entre otros, los turistas que traían recuerdos a casa. Pero las políticas de la era Trump y el auge del comercio electrónico lo han hecho más importante. En 2016 los legisladores aumentaron el umbral de los paquetes de 200 a 800 dólares para ahorrar en la aplicación de la ley. En 2018-19 aumentaron los aranceles sobre los productos chinos, aumentando los incentivos para encontrar una forma de esquivarlos. Durante la pandemia de covid-19 se dispararon las importaciones estadounidenses de bienes baratos como ropa y artículos para el hogar, que a menudo llegan por debajo del umbral.
El comercio a través de la exención (principalmente la importación regular de paquetes pequeños en lugar de cualquier engaño) es ahora tan grande que distorsiona los datos nacionales. Siete de cada diez paquetes de minimis llegan desde China. Shein y Temu, dos grandes minoristas en línea con cadenas de suministro chinas, representan por sí solos tres de cada diez. Nuestros cálculos, basados en la participación de China en las importaciones de minimis, sugieren que el déficit comercial de bienes de Estados Unidos es un 13% mayor con China y un 5% mayor con el mundo de lo que indican las cifras oficiales. Esto puede ayudar a explicar un creciente enigma en las estadísticas comerciales chino-estadounidenses. China dice que exporta alrededor de 73 mil millones de dólares más de lo que Estados Unidos cree que recibe, y algunos economistas creen que la verdadera brecha puede ser de más de 150 mil millones de dólares. Las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), una agencia encargada de hacer cumplir la ley, sugieren que al menos 37.000 millones de dólares de la brecha provienen de bienes que caen por debajo del umbral de 800 dólares.
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