Nicolás Maduro es rockero y también hace alarde de su gusto por la salsa, pero esta semana, en tarima, hizo una coreografía pop con un cuerpo de baile que lo acompaña a sus actos de campaña. Los pasos eran los repetitivos y adictivos trends que la gente repite y consume al infinito en Tik Tok.
El mandatario venezolano lleva meses impulsando una fuerte ofensiva digital para hacerse omnipresente, al menos en las pantallas. Pretende buscar cerrar la brecha de votación frente al opositor Edmundo González Urrutia por medio de las redes sociales.
Maduro está en Spotify y ya ha compartido en redes uno de sus playlist que incluyen desde Maelo Ruiz hasta c Tangana. Tiene canales de Whatsapp, un podcast con su esposa Cilia Flores, un programa de televisión y la televisión pública interrumpe su programación varias veces al día para ponerlo en señal abierta desde donde esté. Tiene una cuenta de Superbigote donde se suben episodios del cómic inspirado en su figura. Esta semana, funcionarios difundieron videos en los que muestran que pagaron publicidad en una de las pantallas del Time Square de Nueva York con el logo del “gallo pinto”, el epíteto que se ha puesto en la campaña por las presidenciales. En Tik Tok, en los últimos meses, ha logrado poner sus videos en las tendencias de lo más visto en Venezuela al menos en cuatro oportunidades.
No es poca cosa el crecimiento del líder chavista en la popular red social china de videos cortos, que precisamente busca huirle al contenido político, aunque sus directivos estén en una encrucijada por las presuntas vinculaciones de sus propietarios con el Partido Comunista de China lo que podría obligar a prohibir su uso en Estados Unidos. Mientras ese forcejeo ocurre en el Congreso estadounidense, el algoritmo hace triunfar a Maduro con videos. En uno de los que se ha colado en las tendencias cuenta que estuvo con unos amigos y su esposa Cilia Flores en un karaoke, suelta unos versos de José Luis Rodríguez y dice que en el liceo le decían “Pavorreal”, como un tema del cantante venezolano. “Les recomiendo el karaoke. Pónganse a cantar y sean felices”, es su mensaje. En otra publicación que se volvió tendencia asegura que cada día se despierta, se lava la cara, se cepilla los dientes, desayuna y se pone a responder no menos de 100 mensajes acumulados en su teléfono, como muestra de lo mucho que trabaja.
Para quienes analizan las redes sociales, llama la atención el buen desempeño que está teniendo Maduro en Tik Tok, la que se ha convertido en la segunda vía, después de Instagram, a través de la cual los venezolanos consumen noticias de política, según una medición de More Consulting. Hoy en los noticieros del canal del Estado se recuerda a diario seguir la cuenta del Maduro en Tik Tok y así ha colonizado con propaganda, impulsada en campañas coordinadas en las que hace uso de las cuentas de instituciones públicos, redes de usuarios, bots y nuevos plataforma dedicadas a amplificar la narrativa chavista y unas cuantas operaciones de desinformación como las que han logrado revelar organizaciones como Cazadores de Fake News, Es Paja y Observatorio de Fake News, cuyas webs han sido objeto de bloqueos de censura en los últimos días.
“No hay red social en Venezuela que no esté contaminada por la propaganda chavista. Es muy posible que la misma hegemonía comunicacional que hay en redes como X, Instagram, Facebook y YouTube también llegue pronto a Tik Tok”, advierte la politóloga Mariví Marín, directora de Probox, una organización que monitorea la conversación y las tendencias en redes sociales. Este observatorio digital inició en septiembre pasado un monitoreo de Tik Tok que le permitió ver la entrada de Maduro –y de la propaganda política- en los trends hace apenas unos pocos meses.
La estrategia digital de la campaña a favor de Maduro es una inundación. La especialista advierte que ocupa la mayor cantidad de publicidad pagada en las redes de Meta. Esta semana no solo se presentó un libro biográfico del presidente, también lanzaron una mini serie de cinco episodios de una hora en YouTube. Esto tiene su constante eco en los ads de las redes que a diario consumen los venezolanos. Está en todos lados. “Hacen potable el contenido, no es de confrontación y es atractivo para los jóvenes”, dice. “Los jóvenes no tienen una memoria de la democracia en Venezuela. Esto que se hace en redes como Tik Tok busca normalizar un sistema señalado de cometer violaciones de los derechos humanos y que está bajo sanciones”, apunta Marín. Con una base de apoyo duro del 15%, el chavismo está buscando apoyo entre los nuevos votantes.
El aparato de campaña ha intentado rejuvenecer al candidato que intenta dar continuidad a una revolución que ya tiene 25 años en el poder. Apropiándose de los códigos juveniles han logrado evadir las restricciones que tienen las plataformas a la propaganda política y al contenido de denuncia y que se aleje del entretenimiento. Maduro, sin embargo, ha reclamado ser censurado en las redes sociales. Lo dijo en abril de este año, cuando TikTok deshabilitó una red de 521 cuentas, bajo el argumento de que eran usuarios no auténticos creados para amplificar artificialmente narrativas favorables al actual Gobierno venezolano.
Las cifras publicadas por ByteDance, la empresa dueña de TikTok, señalan que a principios de 2024 había en Venezuela 12,35 millones de usuarios de 18 años o más de esta red social, 4 millones más que en Instagram y poco menos de 2 millones con respecto a los que están en Facebook, la de más peso en usuarios, según la web Data Reportal. La antigua Twitter de los caldeados intercambios apenas supera los 2,3 millones de cuentas en Venezuela. En la X de Elon Musk, Probox ha registrado una disminución significativa de la conversación y de la protesta ciudadana. En 2023 se escribieron 34,2% menos tuits que en 2022. La gente ha salido de ese terreno minado, donde también el chavismo ha puesto sus ojos para perseguir a la oposición, usando la ley contra el odio para encarcelar a quienes publiquen mensajes críticos al Gobierno.
“Para la inteligencia artificial que usa la plataforma es difícil detectar el comportamiento inauténtico, porque no lo es como tal, porque tienes a todo el aparato del Estado a disposición del objetivo de posicionarlo. Además, los esfuerzos de moderación de contenido en las redes sociales para evitar su uso para la desinformación y la propaganda están centrados en el contenido en inglés, hay muy pocos en español”, dice Marín. Y afirma que Maduro no ha triunfado todavía en Tik Tok, pero quizás con otra coreografía pueda lograrlo.
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