Dos fuentes diplomáticas en Brasilia y Bogotá han confirmado a DIARIO DE CUBA que, junto a las gestiones de ambos países para encontrar una salida negociada al punto crítico que se vive dentro de Venezuela, se llevan adelante preparativos para lo que se espera sea una nueva salida masiva, una nueva ola migratoria de venezolanos.
Ayer se difundieron las propuestas de los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, quienes en mensajes separados emplazaron a Nicolás Maduro a que se allane a una salida política negociada, tras las denuncias de fraude de la oposición —que han refrendados los pocos observadores internacionales que estuvieron dentro del país—, a lo que se sumó luego una amplia ola represiva que fue catalogada como «terrorismo de Estado» por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, también este mismo 15 de agosto.
Bogotá y Brasilia proponen unas nuevas elecciones, con un nuevo órgano electoral, una amnistía amplia (que beneficiaría al chavismo en el poder), garantías plenas para la oposición y un Gobierno de cohabitación mientras se construye esta ruta electoral.
Pero junto a eso, una propuesta que fue recibida con escepticismo por observadores y analistas, Colombia y Brasil han dado paso a través de sus respectivos gobiernos, en preparación de lo que prevén sea un nuevo capítulo en la salida masiva de venezolanos, tal como ocurrió luego de las represiones masivas registradas en 2014 y 2017, también bajo el Gobierno de Maduro y que actualmente son objeto de investigación por la Corte Penal Internacional, para determinar si constituyen crímenes de lesa humanidad y establecer responsabilidades penales.
De acuerdo con una encuesta posterior al 28 de julio, realizada por la encuestadora Meganálisis y difundida ayer, cuatro de cada diez consultados evalúa la opción de emigrar de Venezuela.
Para el 93,4% de los encuestados, el ganador de las elecciones fue Edmundo González Urrutia y no consideran que el triunfo pregonado por Nicolás Maduro sea legítimo. Según el estudio de opinión pública, tras las denuncias de fraude y la ola represiva el sentimiento que predomina entre los venezolanos es la molestia, seguido de impotencia, indignación y ansiedad.
Sobre la opción de emigrar, el 35% dijo no tener una respuesta al tema, mientras que un 22% aseguró que no tenía intenciones de emigrar.
Entre quienes sí planean emigrar, el 39,8% no sabe con exactitud cuándo lo hará; un 22,3% cree que empacará en algún momento de 2025; un 15,6% después de diciembre de este año; un 5,8% en un par de meses y apenas 1,6% de manera inmediata. El resto de los consultados no quiso dar detalles de sus planes.
De acuerdo a cifras manejadas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la Organización de las Naciones Unidas, para el mes de junio de este año había 7,7 millones de migrantes y refugiados venezolanos en el mundo, de los cuales se calcula que 6,6 millones viven en América Latina.
David Smolansky, el exalcalde de oposición que justamente se vio obligado a salir hacia Brasil, como contó luego de la persecución judicial que vivió dentro de Venezuela, puede ser una señal de un fenómeno ya en marcha y de una magnitud a considerar seriamente.
«La emigración a Brasil se ha multiplicado por siete desde el 28J. Antes de las elecciones emigraban 50 venezolanos a Brasil diariamente, pero después del 28J están emigrando 350 personas todos los días. Es decir, solo en agosto podrían emigrar más de 10.000 venezolanos a Brasil», sostuvo Smolansky, quien durante varios años fue comisionado de la Organización de Estados Americanos (OEA) para atender la crítica situación relacionada con la emigración masiva de venezolanos.
Por su condición de vecindad, Colombia y Brasil figuran entre los tres países con mayor número de migrantes y refugiados venezolanos, esto según las cifras de la plataforma R4V que reúne los esfuerzos de las agencias especializadas de la ONU, Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y Organización Internacional de Migraciones (OIM).
En junio de este año, según R4V, un total de 2,86 millones de venezolanos estaban en Colombia y 568.000 en Brasil. El segundo país con mayor volumen de migrantes procedentes de Venezuela es Perú con 1,5 millones.
«La mediación en Venezuela se convirtió en un tema de gestión para Lula y Petro, la diplomacia de la pacificación ante la crisis venezolana es posicionamiento internacional de sus gobiernos. La nueva oleada migratoria de Venezuela es inminente y tiene ya varios años configurando la política local de los países de la región, lo cual presiona también su política interna», sostiene desde Buenos Aires la politóloga Marisela Betancourt.
En los días previos a la jornada electoral del 28 de julio, el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello presentó el estudio que le había encargado a la firma Delphos sobre el clima electoral. Una pregunta a los consultados tenía que ver sobre qué haría cada uno en caso de que Nicolás Maduro continuase en el poder. Un 12,8% de los encuestados dijo que «buscaría la manera de irse del país».
Este dato reflejaba una sola arista de lo que ocurrió luego, ya que la variable de represión masiva no parecía estar presente en la visión de los ciudadanos.
Partiendo de que la población total de Venezuela se estima en 28 millones (se trata de una estimación, dado que no hay un censo nacional desde 2011), ese 12,8% representaría 3,5 millones de personas. Sin embargo, no puede pasarse por alto que ya el país vio cómo emigraban 7,7 millones; con lo cual ese 12,8% que fotografió Delphos equivalen hoy a 2,6 millones de personas y haría llegar a diez millones de personas el total de la diáspora venezolana.
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