Arrecian las críticas por el encuentro mantenido en la residencia del embajador español en Caracas, en el que el líder opositor Edmundo González fue forzado a firmar un documento para ser desterrado y en el que estuvieron presentes los hermanos Rodríguez, un colaborador del candidato democrático y el propio representante español, Ramón Santos.
Un alto funcionario del Gobierno brasileño declaró al Financial Times que los hermanos Rodríguez visitaron la residencia para presionar a González, algo que «nunca debió permitirse». «Maduro empujó [a González] fuera del país a través de la intimidación y… el Estado español fue el principal facilitador», dijo el funcionario. «Tienen que explicar lo que hicieron y rendir cuentas». Precisamente EL MUNDO publicaba esa semana que el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero y Eudoro González, colaborador del candidato democrático a las elecciones del 28-J, facilitaron todo el proceso.
El funcionario brasileño dijo que tenía entendido que Zapatero había discutido el plan para exiliar a González a España con la pareja Rodríguez «y ayudó a ponerlo en práctica». El Financial Times apunta que no fue posible ponerse en contacto con Zapatero para que hiciera comentarios.
Como en ocasiones anteriores durante el Gobierno Lula, la política exterior dividió aguas entre la Presidencia en el Palacio del Planalto y la Cancillería en Itamaraty. Según pudo saber EL MUNDO, ese alto funcionario del Ejecutivo brasileño emitió las opiniones sobre España sin la participación de la Cancillería. Tras el 28-J, Brasil no se ha pronunciado más que para pedir las actas y apostando por el diálogo.
Celso Amorim, ex canciller, es el actual asesor de Lula en asuntos internacionales y muy presente en la crisis venezolana como enviado especial del presidente, informa Sebastián Fest. Amorim descartó la semana pasada que Lula asista a la ceremonia de toma de posesión si Maduro finalmente jura en enero. Preguntado por EL MUNDO, Amorim fue tajante: «Ignoro absolutamente esas declaraciones».
En otro punto del artículo del medio británico se señala que una fuente de la oposición venezolana cercana a González dijo que la declaración en la que desmentía «de forma categórica» que fuera coaccionado por el Gobierno español se hizo tras una «petición urgente» del ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares.
Preguntadas por este diario, fuentes oficiales de Exteriores declararon: «Sobre el comunicado de Edmundo González le remitimos a él para cualquier cuestión, puesto que el comunicado le pertenece. Su explicación sobre el papel del embajador ayudó a aclarar las graves y falsas acusaciones de [Alberto Núñez] Feijóo», infoma Marina Pina.
El artículo del Financial Times es muy duro respecto al rol de España en la crisis venezolana, pues añade la opinión de Christopher Sabatini, experto en América Latina de Chatham House, quien dijo que la firma en tales circunstancias «viola la noción misma de asilo diplomático, convirtiendo al Gobierno español en cómplice del robo electoral y la represión del Gobierno de Maduro».
Esta semana, Edmundo González, quien reveló a través de un comunicado en Twitter que fue «coaccionado» por el chavismo para exiliarse, negó en otra intervención posterior cualquier tipo de coerción por parte del Gobierno español. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, también negó que el Gobierno de Pedro Sánchez tuviera nada que ver con el encuentro en la legación española en Caracas.
La cabecera británica también expone la opinión de Ryan Berg, director del programa de las Américas del centro de estudios CSIS de Washington, quien declaró: «Las pruebas disponibles parecen sugerir que España desempeñó un papel a la hora de permitir el exilio forzoso de Edmundo González por parte del régimen, un duro golpe para los venezolanos que esperaban un cambio y votaron por él».
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