El símbolo del asterisco es la manera con la que los diplomáticos se enteran de a qué plazas en el exterior pueden optar. Aquellas marcadas con este signo son las que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se reserva para hacer nombramientos discrecionales, sin respetar el escalafón.
Los miembros de la carrera esperan estos días a que salga la lista definitiva de puestos vacantes para hacer sus cábalas y peticiones de destinos en el extranjero. Sin embargo, los asteriscos que ya ha marcado Albares dan una idea de cuál es el relato que el jefe de la diplomacia quiere controlar. De momento, tal y como ha sabido EL MUNDO, el ministro ha puesto siete asteriscos a vacantes en el extranjero. Albares se ha reservado las dos plazas más importantes en Venezuela, la segunda jefatura y el cónsul general, para decidirlos él.
Estos asteriscos llegan semanas después de que el Consejo de Ministros ratificara a Álvaro Albacete como embajador en Venezuela. Un nombramiento que sorprendió, pues Ramón Santos esperaba aguantar en Caracas hasta el próximo verano, cuando cumple 70 años, y podría así jubilarse como embajador, algo con ventajas de cara a la pensión.
En lugar de esperar, Albares decidió pedir el plácet para este diplomático, jefe de gabinete de Urtasun, que llega a la capital venezolana a tres semanas de la toma de posesión del nuevo presidente. Edmundo González tiene previsto viajar al país para ser investido aunque Nicolás Maduro no le reconozca.
El pasado lunes, el presidente venezolano recibió a Albacete y celebró que empieza «una nueva era de diálogo político, de respeto a la autodeterminación y a la no injerencia en asuntos internos». Un mensaje con el que Maduro pretende comenzar una nueva etapa de relación con España, que Albacete tiene como objetivo reconducir. Lo harán también desde mitad del año que viene aquellos que sean designados como segundo jefe y cónsul general, elección discrecional de Albares.
El cónsul tendrá entre sus objetivos conseguir que el régimen de Maduro le permita acceder a los dos españoles que desde el pasado octubre se encuentran encarcelados acusados de conspirar contra Maduro y a los que de momento no han podido visitar en persona.
Además de estos dos nombramientos, Albares ha colocado otros cinco asteriscos más para manejar el mensaje en todo el eje bolivariano. Así, se reserva la elección plaza en la capital de Nicaragua, donde gobierna el sandinista Daniel Ortega, con un relato socialcomunista similar al de Maduro.
El jefe de la diplomacia también mueve ficha a lo relativo a la nueva etapa de relaciones con Estados Unidos, donde Trump tomará posesión el próximo 20 de enero. Albares se reserva la segunda jefatura de Washington, y la plaza de Miami. Con ella también está relacionado el asterisco que coloca en La Habana. Movimientos para presentarse con cartas credenciales e influencia ante Marco Rubio, el elegido como secretario de Estado de Trump. Colocando los peones adecuados, puede encontrar cierta influencia
La última vacante con asterisco está en Rabat, en la tónica de controlar los enviados a Marruecos. Estos no son los últimos asteriscos, pues en el Ministerio esperan saber qué funcionarios que habiendo cumplido el mínimo de permanencia pidan el traslado a Madrid, con lo que se completará la lista definitiva y más asteriscos que permitan a algunos afines al ministro saltarse el escalafón.
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