Los venezolanos en Miami, el sur de Florida y en todo el país expresaron indignación, miedo e incertidumbre el sábado después de que el el presidente Donald Trump anunció que Venezuela recibirá de regreso a sus ciudadanos deportados de Estados Unidos.
“Es desgarrador que después de siete años de trabajo duro, estudiando para obtener mi título, todavía me estén persiguiendo”, dijo Grecia Pacheco, de 27 años, quien se mudó a Estados Unidos desde Venezuela en 2017 y vive en North Miami. “Prefiero buscar refugio en otro país que regresar a Venezuela”.
Trump dijo el sábado en la red social Truth Social que el régimen de Nicolás Maduro acordó aceptar el regreso de inmigrantes venezolanos indocumentados, incluidos miembros de la infame banda criminal Tren de Aragua, lo que generó mayores temores sobre la seguridad y el futuro de cientos de miles de venezolanos que viven en Estados Unidos. Hay hasta un millón de venezolanos en Estados Unidos que huyeron del régimen izquierdista de Caracas.
Pacheco dijo que la administración Trump está “jugando con las vidas de los venezolanos que huyeron”. Pacheco ha sido beneficiaria desde 2021 de la política federal conocida como Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), que protege a más de medio millón de venezolanos de la deportación.
Una reciente revocación por parte de la administración Trump de una extensión de 18 meses para estas protecciones amenaza con poner fin al programa pronto, dejando a muchos venezolanos inseguros sobre su futuro en Estados Unidos.
Pacheco denunció lo que llamó una injusta criminalización de los venezolanos, muchos de los cuales huyen de grupos como la pandilla Tren de Aragua. “No conozco ni a un solo miembro del Tren de Aragua y no quiero conocerlos nunca”, dijo.
Aunque Pacheco reconoció que el gobierno estadounidense ha criticado a Maduro en el pasado, está desilusionada por el acuerdo que enviaría a los venezolanos de regreso a un régimen del que escaparon. “Parece que están jugando con nosotros y utilizándonos”, agregó. “Es como si esta nueva administración estuviera estrechando la mano de un dictador”.
Paola Sirignano, de 21 años, recuerda haber salido de Venezuela poco después de la muerte del líder socialista Hugo Chávez y el controvertido ascenso de Maduro al poder. Actualmente, la estudiante de tercer año en la Universidad Internacional de Florida, junto a su familia obtuvo la residencia legal en 2021, después de demoras debido a la pandemia de COVID-19.
“Todo el proceso fue estresante”, dijo. Belkis López, de 59 años, residente en Miami desde hace cuatro años, solicitante de asilo y actual beneficiaria del TPS, dijo que los venezolanos como ella sin antecedentes penales no deberían ser etiquetados injustamente.
“Los que hemos venido a trabajar, hemos hecho las cosas bien”, dijo López. “No tenemos antecedentes penales ni siquiera en nuestro país”.
Persecución por motivos políticos
William Díaz, fundador de Casa de Venezuela Orlando, un grupo de defensa que reúne a más de 80 organizaciones sin fines de lucro desde Nueva York hasta California, expresó su preocupación por lo que ve como una creciente hostilidad hacia sus compatriotas en EEUU.
“Hay persecución y discurso de odio contra los venezolanos por razones políticas”, dijo Díaz. Díaz, ciudadano estadounidense desde hace 31 años, dijo que la comunidad venezolana es conocida desde hace mucho tiempo por sus logros educativos y profesionales. “Tenemos venezolanos en la NASA, en Harvard y en puestos importantes de la sociedad”, dijo.
“¿Por qué los políticos del sur de Florida y de todo el país no se pronuncian contra esta persecución?”, añadió. El concejal de la ciudad de Doral, Rafael Pineyro, el único concejal venezolano en la ciudad con la mayor población venezolana en EEUU, expresó su “profunda preocupación y solidaridad con los ciudadanos venezolanos que podrían enfrentar la deportación, instando a las autoridades a considerar los casos de los actuales beneficiarios del TPS por separado debido a la actual crisis política y humanitaria en Venezuela”.
Pineyro dijo que las bandas criminales como el Tren de Aragua no merecen estar en los Estados Unidos y deben ser deportadas, pero señaló que la dictadura de Maduro continúa reprimiendo y torturando a los venezolanos. “Debemos enfocarnos en sacar al usurpador Maduro, para que el pueblo venezolano pueda finalmente recuperar su libertad”.
“Trata de venezolanos”
Adelys Ferro, una destacada líder de la comunidad venezolana del sur de Florida y directora ejecutiva de Venezuelan American Caucus (Caucus Venezolano-Americano), condenó enérgicamente cualquier acuerdo entre Trump y el régimen de Maduro, advirtiendo de “graves consecuencias para el camino a la democracia en Venezuela y para el futuro de cientos de miles de venezolanos que, trágicamente, enfrentarán la deportación”.
Ferro denunció el anuncio el sábado como una forma de “tráfico de venezolanos”, y dijo que la mayoría de los inmigrantes venezolanos ingresaron a los Estados Unidos legalmente después de las audiencias de inmigración y la obtención del estatus de libertad condicional. “Solo una pequeña fracción está involucrada en actividades criminales o vinculada a grupos como el Tren de Aragua, pero no representan a la mayoría de los venezolanos”, dijo.
Ferro expresó su creciente desilusión con las perspectivas de democracia en Venezuela y criticó al gobierno de Trump por su silencio sobre las figuras de la oposición venezolana desde que el enviado especial de Trump, Richard Grenell, viajó a Caracas el viernes.
Lamentó la falta de reconocimiento a Edmundo González —considerado ampliamente como el ganador de las disputadas elecciones presidenciales venezolanas de 2024— y a María Corina Machado, la principal figura de la oposición en su país.
“No ha habido una sola declaración, publicación o tuit de Trump o Grenell que se refiera a las elecciones fraudulentas, los resultados electorales o los líderes de la oposición”, señaló Ferro. “Muchos venezolanos esperaban que Trump tomara medidas para liberar a nuestro país, pero ahora parece que está haciendo la vista gorda”.
El anuncio de Trump se produjo tras una reunión en Caracas entre Grenell y Maduro, tras la cual el régimen socialista liberó a seis prisioneros estadounidenses. Todavía no está claro qué obtuvo Maduro, si es que obtuvo algo, a cambio de aceptar futuros deportados venezolanos, que podrían llegar a ser cientos de miles de personas.
“Venezuela ha acordado recibir de regreso en su país a todos los inmigrantes ilegales venezolanos que estaban acampados en los Estados Unidos, incluidos los pandilleros del Tren de Aragua”, escribió Trump en la plataforma de redes sociales Truth Social, y agregó que Caracas acordó “proporcionar el transporte de regreso”.
Emilio Buitrago, residente de Pittsburgh y cofundador de Casa Venezuela Pennsylvania, dijo que los venezolanos en los Estados Unidos están indignados, ya sea que apoyen o no a Trump, al verlo llegar a acuerdos con Maduro después de la reunión de Grenell con el hombre fuerte venezolano en Caracas.
“Cada gobierno está usando esa reunión como una herramienta de propaganda para promover su propia agenda política”, dijo.
Buitrago dijo que está de acuerdo en que cualquier inmigrante que haya cometido un delito debe ser deportado sin importar de qué país venga, pero que “atacar” a una comunidad de más de 505,000 venezolanos amparados por el TPS “que están haciendo las cosas legalmente, que han venido a trabajar, respetando las leyes, aportando con su talento y trabajo al crecimiento del país, y de la noche a la mañana los van a deportar es absurdo”.
“Este es un llamado a todos los venezolanos, independientemente de su ideología política, a que llamen a sus representantes para demostrarles que somos gente que aporta a este país”, expresó Buitrago. “Cuando existan condiciones democráticas en Venezuela, muchos estaríamos dispuestos a salir con el talento adquirido aquí para reconstruir la nación. Pero… los venezolanos no deben ser deportados del país del que huyeron”.
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