Nicolás Maduro está sentado sobre las gorras de un alto militar que hasta ahora se mantiene fiel al régimen chavista. Si la fuerza armada venezolana fue el origen y esencia del presidente Hugo Chávez, quien sembró la semilla de un gobierno militarizado, para Nicolás Maduro representa la razón principal por la que se sostiene en la silla de Miraflores.
Por AYMARA LORENZO – UNIVISION
Por esta razón Maduro ha maniobrado para que continúen en el alto mando militar algunos de los oficiales identificados como del chavismo originario –aquellos que participaron en el intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992– y otros identificados con el ala militar del chavismo en funciones de gobierno, alimentando en ellos una lealtad que garantice el respaldo de buena parte de la institución armada.
Maduro ha perfeccionado los programas sociales conocidos como misiones para que los militares que él escoja participen además en esos cargos de la administración pública que tienen control de ciertas actividades lucrativas del Estado, como la adquisición y distribución de alimentos que llegan a la población en las conocidas “cajas Clap” a las que solo tienen acceso quienes se han plegado al mecanismo de control económico y social conocido como carnet de la patria.
De la misma manera Maduro avanzó en la configuración de una división militar y administrativa conocida como Regiones de Defensa Integral (Redi) y las Zonas de Defensa Integral (Zodi) con las que viene consolidando un sistema paralelo de gobiernos regionales en manos de militares. Las Redi se equiparan a las definidas como regiones de defensa militar en las hipótesis de conflicto que maneja la institución armada y las Zodi a las gobernaciones. Lo militar sobre lo civil.
Siga leyendo en UNIVISION