El Gobierno de Ucrania pidió este miércoles 17 de julio, justicia para las víctimas del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, derribado hace cinco años, en el Este de Ucrania y que causó la muerte de casi 300 personas.
«Hoy hace cinco años 298 civiles, incluidos 80 niños, murieron en el atroz derribo del MH17 por un misil Buk de Rusia, tal y como indicó el Equipo de Investigación Conjunta en octubre de 2015», señaló el Ministerio ucraniano de Asuntos Exteriores en un mensaje de su cuenta de Twitter.
5 years since #MH17 tragedy: still no credible investigation results, total disregards of Russia’s data, continuous indulgence of #Ukraine which failed to close its airspace, excluding #Malaysia from examining black boxes of its own aircraft. Total disgrace towards the victims. pic.twitter.com/FFHAWj2qse
— Russian Embassy, UK (@RussianEmbassy) July 17, 2019
Exteriores subrayó que el ataque contra el avión de pasajeros fue un «brutal acto terrorista perpetrado por Rusia».
Ya el martes el Ministerio de Asuntos Exteriores se mostró convencido de que pese a los intentos de Rusia de desviar la atención de la investigación del derribo del MH17, «se hará justicia» y Moscú tendrá que «pagar».
El 17 de julio de 2014, el avión de Malaysia Airlines fue derribado en el este de Ucrania, zona de un conflicto armado entre el ejército del país y separatistas prorrusos, lo que causó la muerte de las 298 personas que iban a bordo, entre ellas 193 holandeses.
Lee también: Rusia rechaza las acusaciones en el derribo del avión MH17 y pide ‘análisis imparcial’
El avión que viajaba entre Amsterdam y Kuala Lumpur fue abatido por un misil tierra-aire disparado desde una zona controlada por milicias separatistas prorrusas, y el Consejo de Seguridad de Holanda concluyó que se trataba de un misil Buk de fabricación rusa.
Rusia sigue negando su implicación en la catástrofe, pese a que el Equipo de Investigación Conjunta (JIT, en sus siglas en inglés) apuntara el mes pasado a tres ciudadanos rusos y un ucraniano como implicados en el lanzamiento del misil que derribó el avión.
Rusia ha rechazado los dos principales argumentos de la comisión de investigación: que el misil -de la clase Buk- que abatió el aparato fuera lanzado desde una zona controlada por los separatistas prorrusos y que la lanzadera hubiera sido transportada desde Rusia, adonde habría regresado después del derribo del Boeing.
Hoy Moscú instó al JIT a centrarse en su tarea principal: «un análisis imparcial de todos los datos a su disposición para determinar las verdaderas causas de lo ocurrido y la búsqueda de los verdaderos culpables».
Según la Cancillería, la tragedia en el este ucraniano «se ha convertido en un instrumento de juegos políticos sucios» para inculpar a Rusia.
Desde el primer minuto, las autoridades de Ucrania acusaron a los separatistas prorrusos -respaldados por Rusia- del ataque contra la aeronave, que se produjo sobre el territorio que estos controlaban.
Este miércoles, varios cientos de residentes de la autoproclamada República Popular de Donetsk se reunieron en el lugar de la catástrofe, en la localidad de Grábovo, en memoria de las víctimas, según informó la agencia rusa Interfax.
Los restos del avión quedaron esparcidos en un área de 50 kilómetros cuadrados, la mayor parte en Grábovo.
El líder de Donetsk, Denis Pushilin, aprovechó la ocasión, siempre según la agencia Interfax, para afirmar que la catástrofe fue «una provocación del régimen de Kiev», que durante cinco años «ha tratado de culpar a las milicias populares y a la Federación Rusa por este crimen con varias mentiras y falsificaciones de hechos».
EFE