Asfixiado y sin liquidez. Así se encuentra el régimen de Nicolás Maduro por las sanciones económicas a la principal compañía estatal, Petróleos de Venezuela (Pdvsa), de la que depende el 90% de las exportaciones del país y las cuales permiten la entrada de divisas. Maniatado, Maduro creó la criptomoneda «Petro» para buscar en otras actividades económicas los dólares que no entran por el grifo petrolero. Así lo reseña ABC.
Por Víctor de Abreu
ABC reveló ayer los documentos que acreditan la trama en la que el Gobierno chavista utiliza las tasas aeroportuarias para burlar las sanciones de Estados Unidos. El estado Vargas, al norte de Caracas, cuenta con el segundo puerto del país y la terminal aérea más importante de Venezuela, el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, por lo que recauda la mayor cantidad de impuestos de todo el territorio nacional. Su gobernador, el militar Jorge Luis García Carneiro, fue sancionado el pasado 25 de febrero por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoso (OFAC, por sus siglas en inglés) por seguir apoyando al régimen. La sanción económica congeló todas las cuentas y bienes del militar en territorio norteamericano, y prohibió a cualquier ciudadano o compañía estadounidense realizar transacciones financieras con él.
La administración del Aeropuerto de Maiquetía corresponde a la Gobernación del estado Vargas. Sin embargo, desde que en marzo de 2018 se implementó el sistema automatizado Jetman Pay para facturar los impuestos aeroportuarios generados por las aeronaves nacionales e internacionales que operan en la terminal, el Estado ha girado el pago en criptomonedas y, posteriormente, desviado al exterior a cuentas de testaferros sin que regrese a Venezuela.
«Barracuda Soluciones Aeronauticas C.A., la filial de la compañía norteamericana BCDA Aeronautical Solutions LLC, domiciliada en Florida, cambia el dinero ingresado en la App en criptoactivos y lo envía a través de billeteras digitales a cuentas de testaferros de la absoluta confianza del gobernador. Los intermediarios se van quedando con porcentajes por la actividad. El dinero nunca llega a la cuenta de la gobernación», aseguran a ABC fuentes conocedoras de la trama.
Desvío al exterior
Por lo general, la compañía venezolana -autorizada por el propio aeropuerto- convierte en bitcoins, un tipo de criptomonedas, el dinero que transfieren las aerolíneas. Luego deciden a dónde lo quieren enviar: si quieren una parte en Venezuela utilizan alguna de las siete casas de intercambio autorizadas por la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), a cargo de Joselit Ramírez, mano derecha del ministro Tarek El Aissami.
Si no, las desvían al exterior, principalmente a Hong Kong, Rusia, China, Bulgaria y Rumanía a través de casas de intercambio internacional. Las más utilizadas son las de Bulgaria y Rumanía, porque «dan facilidad para convertir las criptomonedas en euros e introducirlos en el sistema financiero europeo». Si las quieren en dólares utilizan las billeteras digitales en Hong Kong y envían el dinero a EE.UU.
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Como ayer informó este diario, este método estaba aprobado para que en los próximos diez días se aplicara con el repostaje de combustible de los aviones y continuar esquivando las sanciones de su principal enemigo.
Con información de ABC.