El atentado se produjo hacia las 17.30 hora local (13.00 GMT) en el norte de Kabul, cuando un artefacto adherido a un autobús que transportaba a empleados del canal privado Khurshid TV explotó, afirmó el portavoz del Ministerio de Interior, Nasrat Rahimi.
“Como resultado (de la explosión) murieron un transeúnte y el conductor del vehículo, que no pertenece a Khurshid TV, mientras que otro transeúnte y dos trabajadores (del canal) resultaron heridos”, añadió el portavoz.
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Ningún grupo insurgente ha reivindicado la autoría del ataque.
Este atentado se produce mientras tiene lugar en Doha la octava ronda de conversaciones de paz entre representantes estadounidenses y de los talibanes, que buscan alcanzar una salida negociada a casi dos décadas de conflicto en Afganistán.
El pasado 24 de junio los talibanes habían amenazado con atacar a los medios de comunicación afganos a menos que dejasen de emitir anuncios contrarios al grupo insurgente.
Esos medios de comunicación, tanto privados como públicos, emiten desde hace años anuncios pagados por el Gobierno o las fuerzas de seguridad en los que invitan a los ciudadanos a colaborar con las autoridades y destacan la violencia desatada por los talibanes.
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Las amenazas insurgentes no son nuevas, y en los últimos 18 años de conflicto han llevado a cabo numerosos ataques contra la prensa, uno de los peores en enero de 2016 contra la cadena de televisión local Tolo en el que murieron siete trabajadores.
Afganistán es considerado uno de los países más mortales y peligrosos para los periodistas en el mundo.
En 2018 fallecieron 20 periodistas y trabajadores de medios de comunicación y otros 20 resultaron heridos en incidentes relacionados con el ejercicio de su profesión, el año más mortal para los profesionales de la comunicación en el país según datos de la organización en apoyo a la libertad de prensa en Afganistán NAI.
EFE