Aunque no asistió, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, protagonizó la Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela, organizada por el Grupo de Lima hoy en Perú, sacudiendo al régimen de Nicolás Maduro con nuevas sanciones que congelan sus propiedades en Washington y amenazan con castigar a cualquiera que insista en hacer negocios con Caracas y darle algo de oxígeno al ‘hijo de Chávez’, entre ellos países como India, China o Rusia. Así lo reseña El Mundo.
Por Diego Santander / El Mundo.
Las medidas de Trump buscan “aumentar el riesgo comercial para cualquier persona que tenga alguna posibilidad de hacer negocios en los Estados Unidos, si sigue haciendo negocios con el Gobierno de Venezuela”, ha precisado John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Trump, antes del comienzo de la conferencia en Lima, en la que representó a Washington.
El propio Bolton precisó que “Estados Unidos ha usado herramientas similares o incluso mas agresivas que estas en Irán, Corea del Norte y Siria”. Además, en América Latina la medida recuerda al embargo cubano o los impuestos en el pasado a Panamá y Nicaragua.
El mensaje de Trump a los más de 50 países y organismos que asistieron a la cita fue claro: para Estados Unidos la solución a la crisis de Venezuela es un cambio de gobierno inmediato. La orden ejecutiva, además, irrumpe mientras representantes de Maduro y del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, en las conversaciones para solucionar la crisis del país petrolero están en consultas en Caracas sobre la continuidad del proceso, que en principio estaba previsto retomar el jueves en Barbados, aunque las sanciones podrían retrasarlo, según fuentes con directo conocimiento de la negociación.
Sin embargo, aunque rechazó las sanciones y las calificó de “terrorismo económico” que busca formalizar un “bloqueo económico, financiero y comercial sobre el país petrolero”, el régimen de Maduro ha asegurado que se mantendrá en la negociación.
“Es a todas luces evidente que el Gobierno de Estados Unidos y sus aliados apuestan por el fracaso del diálogo político en Venezuela. Le temen a sus resultados y beneficios. En este sentido, Venezuela no permitirá que esta tendenciosa escalada de agresiones afecte los procesos de diálogo político en el país, y confirma su voluntad inquebrantable de alcanzar acuerdos nacionales”, destaca la Cancillería en un comunicado.
El canciller Jorge Arreaza fue más allá durante una rueda de prensa: “Pareciera que ahora más que nunca ese diálogo está vivo (…). Llueva, truene o relampaguee, haya terremotos o en cualquier circunstancia, estaremos ahí”.
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