El régimen de Nicolás Maduro inició el lunes una nueva jornada de represión contra el presidente interino Juan Guaidó y sus seguidores, emprendiendo el eventual arresto de tres diputados de la oposición pero absteniéndose hasta el momento de cerrar la Asamblea Nacional, como se había advertido.
POR ANTONIO MARIA DELGADO – EL NUEVO HERALD.
El presidente de la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, dijo durante la sesión del lunes del Parlamento chavista que por ahora no hay gran necesidad de cerrar formalmente a la opositora Asamblea Nacional pero que el régimen procederá a encarcelar a aquellos diputados “que violen la Constitución y las leyes”.
Horas antes, Guaidó había advertido que el régimen utilizaría la ANC para clausurar a la Asamblea Nacional y el control que ejerce sobre las cortes para encarcelar a los diputados que favorecen un cambio en Venezuela.
Sin embargo, Cabello enfatizó que no es necesario disolver la Asamblea Nacional, enfatizando que solo basta con encarcelar a los diputados.
“La Asamblea está eliminada ya, nadie le para, eso no funciona, no hacen quorum, aprueban cosas entre ellos y no las cumplen, ni siquiera entre ellos mismos”, dijo Cabello, el número dos del régimen, al presidir la sesión de la ANC.
“¿Qué si vamos a disolver la Asamblea Nacional? Aquellos que violen nuestra constitución y la ley, sí. Eso no necesita nada extraordinario. No importa quien sea que viola la constitución y la ley, tienen que aplicarle la justicia”, agregó.
La autoridad de la ANC, cuyos integrantes fueron escogidos a dedo por el régimen, es desconocida por la comunidad internacional y la gran mayoría de venezolanos.
Las declaraciones de Cabello cobraron fuerza al producirse poco después que el chavista Tribunal Supremo de Justicia anunciara que estaba solicitando la suspensión de la inmunidad parlamentaria de tres diputados de la oposición, preparando el camino para el eventual arresto de los legisladores.
En una decisión tomada en la Sala Plena del TSJ, los magistrados chavistas aprobaron la solicitud de allanamiento de la inmunidad parlamentaria de los congresistas José Guerra y Tomás Guanipa por cargos de rebelión civil, usurpación de funciones, instigación a la insurrección y traición a la patria, expresó la máxima corte en un pronunciamiento.
Los magistrados también solicitaron el levantamiento de la inmunidad parlamentaria del diputado Juan Pablo García por los más reducidos cargos de “traición a la patria y usurpación de funciones”.
El TSJ no divulgó los detalles de la acusación, que se suma a la de 10 diputados a quienes ese tribunal vincula con un fallido alzamiento contra Maduro el 30 de abril.
Las solicitudes serán presentada para su aprobación ante la Asamblea Nacional Constituyente, aunque la legitimidad del organismo es cuestionada por la comunidad internacional y la gran mayoría de los venezolanos.
Según la Constitución, la inmunidad parlamentaria solo puede ser retirada por la Asamblea Nacional.
Guaidó, cuya presidencia es reconocida por medio centenar de naciones, incluyendo Estados Unidos, dijo en un video transmitido por las redes sociales el domingo por la noche que Venezuela se encuentra a las puertas de una nueva etapa de represión que podría conducir al cierre de la Asamblea y al arresto masivo de diputados.
“Hemos recibido información importante sobre las pretensiones de una nueva locura del régimen. […]El día de mañana pretenden disolver el parlamento, convocar ilegalmente elecciones parlamentarias y perseguir masivamente diputados”, Guaidó dijo a través de un video transmitido por Periscope.
Y el presidente interino dijo que la ola represiva es provocada por las últimas sanciones aplicadas por Washington, que amenazan con congelar el grueso de las operaciones comerciales del régimen y sus fortunas escondidas en el exterior.
Guaidó recordó que no es la primera vez que Maduro intenta disolver a la Asamblea Nacional. Un intento previo orquestado desde el Tribunal Supremo de Justicia chavista en 2017 posteriormente tuvo que ser desarticulado cuando la presión internacional se volvió demasiado incómoda para el régimen.
“Hoy es evidente que el régimen está en fase de desesperación. Lo que evidenció esto fue que se metieron con sus negocios”, agregó Guaidó en referencia al bloqueo anunciado la semana pasada por Washington que paralizó las operaciones comerciales del régimen y amenaza con congelar el grueso de sus fortunas en el exterior.
En su alocución, Guaidó había advertido que no todos los integrantes del régimen estaban de acuerdo con la propuesta de cerrar la Asamblea Nacional, considerándolo un paso extremo.
Maduro, quien buscaba apaciguar a Washington y a la comunidad internacional con un proceso de diálogo cuestionado por la gran mayoría de venezolanos, decidió pararse de la mesa de negociación después que Estados Unidos reforzara las sanciones contra el régimen la semana pasada.
Esa medidas buscaban castigar fundamentalmente a aquellos aliados que insistían en seguir brindando apoyo al atribulado gobernante, exponiéndose directamente a ser sancionados de seguir ayudando a su régimen.