El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, reafirmó en La Habana el sólido apoyo de Moscú a Cuba, en momentos en que la isla sufre por falta de combustible, a causa de lo que denunció como un intento de la administración Trump de aplicarle un «bloqueo energético».
«Cuba siempre podrá contar con el apoyo de Rusia», dijo Medvedev, quien arribó el jueves a la isla en una visita de dos días.
El segundo hombre más poderoso de Rusia dijo que Cuba tiene en ellos a «socios y amigos confiables», reafirmando el apoyo de Moscú a la isla que vivió bajo el alero soviético durante casi treinta años, hasta inicios de la década de 1990.
«Con el presidente Miguel Díaz-Canel hemos reafirmado el deseo de reforzar nuestra cooperación estratégica», agregó Medvedev en una declaración a la prensa, tras presentar una serie de acuerdos en cooperación científica, aduanas, sector ferroviario y energía nuclear aplicada a la medicina.
Por su parte, el presidente Díaz-Canel anunció que irá a Moscú a fin de mes para encontrarse con su homólogo Vladimir Putin.
La visita de Medvedev ocurre en un momento crítico para el país, que enfrenta una importante escasez de combustible tras sanciones de Washington contra los buques que transportan petróleo desde Venezuela, el principal proveedor de crudo de Cuba.
«Es evidente su deseo (de Washington) de crear una atmósfera tóxica alrededor de la cooperación con la isla, de asustar a inversionistas y de crear una manera de bloqueo energético», dijo Medvedev.
Destacó que «Rusia se opone categóricamente al bloqueo» y «respalda completamente la demanda de cesarlo».
Estados Unidos, que aplica un embargo contra la isla desde 1962, acusa a La Habana de apoyar militarmente al gobierno venezolano de Nicolás Maduro.
En las últimas semanas se han formado filas de varias horas frente a las estaciones de servicio, mientras que la frecuencia de autobuses y trenes se ha reducido, el aire acondicionado se raciona en compañías estatales y a muchos funcionarios se les ha pedido trabajar desde casa.
– El «retorno» de Rusia –
La crisis, «coyuntural» según el gobierno, obliga a Cuba a vivir en cámara lenta. Afecta su crecimiento económico mientras que el turismo, una de las principales actividades, ya está a media máquina.
En esas circunstancias, la solidaridad de Rusia -cuyo canciller, Serguéi Lavrov, visitó Cuba en julio- y de su otra gran aliada, China, son más que bienvenidas.
«En el contexto de la crisis venezolana, y la apuesta estadounidense a dificultar la transportación de petróleo a Cuba, Rusia gana en perfil para Cuba desde su condición de gran poder con veto en el consejo de seguridad de la ONU y gran productor y transportador de petróleo», dijo el analista político Arturo López-Levy, académico del Gustavus Adolphus College en Minnesota, Estados Unidos.
Rusia parece haber comenzado ya su «retorno» a suelo cubano, con un aumento del comercio del 34% en 2018, a 388 millones de dólares, y que debería acercarse a los 500 millones de dolares en 2019, aseguró recientemente el viceprimer ministro ruso, Yury Borisov.
Pero «en el largo plazo, Cuba deberá resolver los desbalances macroeconómicos y hacer avanzar las reformas de manera tal que su vulnerabilidad se reduzca», advierte el politólogo Carlos Alzugaray.
– «Puerta de entrada» –
En los últimos meses, Moscú, el tercer socio comercial de Cuba detrás de la Unión Europea y China, ha otorgado a la isla un préstamo equivalente a unos 40 millones de dólares para modernizar su industria militar.
También anunció un plan de inversión de mil millones de dólares a 2030 para renovar los ferrocarriles cubanos y estableció acuerdos con La Habana en materia de uso pacífico de la energía nuclear y ciberseguridad.
¿Su objetivo? «Irritar a Estados Unidos», al cortejar a una isla a menos de 200 kilómetros de sus costas, dijo Ric Herrero, director del Cuban Study Group, que reúne a los cubanoestadounidenses que abogan por la apertura económica y política entre Washington y La Habana.
«Cuba ha sido históricamente la puerta rusa a la región», asegura Arturo López-Levy.
China, en tanto, ha vendido 240 vagones de trenes a Cuba por 150 millones de dólares, que terminarán de entregarse en 2022. Los primeros 80 llegaron en mayo pasado.
Su interés es principalmente económico, pero «sabemos que China ha utilizado y sabe utilizar la dependencia económica de otros países como herramienta política si lo desea».
El martes, el embajador de China en Cuba, Chen Xi, enfatizó que «China apoya y apoyará como siempre» a la isla.
Para Herrero, Washington comete un error al castigar a La Habana: «Nuestra política actual no solo aísla a los Estados Unidos de Cuba, sino que también empuja a los líderes cubanos a los brazos de nuestros adversarios. Es completamente contraproducente».
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