Los migrantes venezolanos deben aprovechar cualquier coyuntura para ganarse el pan de cada día. Esta es la historia de dos venezolanos que vieron la oportunidad de emprender en medio de las manifestaciones en Ecuador.
«Vendemos torticas con café», expresó un joven venezolano quien detalló que ofrecen sus productos a los trabajadores de la prensa y a los funcionarios de la policía que están en los alrededores del Palacio de Carondelet en Quito
El muchacho vive a pocas cuadras de la casa de gobierno junto con otra señora. Ambos evitaron pronunciarse sobre los últimos acontecimientos políticos y sociales de Ecuador.
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«Bueno, la verdad con tantos problemas que vivimos en nuestro país, uno no sabe qué opinar acá», dijo el joven, justo antes de ser interrumpido por la otra venezolana: «Uno tiene que estar neutral. Cómo uno puede estar opinando».
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