La huelga general independentista de este viernes en la región española de Cataluña se desarrolla con cortes de carreteras y manifestaciones masivas, tras cuatro días de incidentes violentos en protestas callejeras contra la sentencia judicial que condenó a nueve líderes secesionistas.
Miles de personas llegaron hoy a Barcelona en cinco columnas desde varias parte de Cataluña para unirse en una gran manifestación de repulsa de la sentencia del Tribunal Supremo español, que el lunes condenó a penas de entre 9 y 13 años prisión a los dirigentes procesados por organizar un referéndum ilegal de “autodeterminación” en 2017.
La huelga está convocada por los sindicatos minoritarios independentistas Intersindical-CSC e Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC), y es la cuarta movilización de este tipo vinculada al secesionismo catalán en menos de dos años.
El seguimiento es inferior al 50 % en la mayoría de sectores públicos, salvo en las universidades (90 %); y en el comercio es de entre el 60 y el 80 %, según datos oficiales del gobierno regional de Cataluña. Por el contrario, los sindicatos convocantes consideran que la huelga es un “éxito” y que se ha extendido por gran parte de la región.
En la industria, la fábrica de automóviles de Seat de Martorell (Barcelona) interrumpió la producción de forma preventiva desde la tarde de ayer, mientras que la de Nissan abrió con normalidad su factoría de la Zona Franca de Barcelona.
La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) calcula en 25 millones de euros la pérdida diaria a causa del bloqueo intermitente de las carreteras catalanas, que comenzó el lunes pasado y prosigue hoy.
El presidente de la Cámara de Comercio de España, el catalán José Luis Bonet, advirtió del “daño evidente” que el proceso independentista “ha causado y sigue causando a la economía” de Cataluña, y pidió trabajar para “recuperar la concordia y superar la fractura” política y social.
Miles de estudiantes no asisten hoy a clase y se manifiestan en la plaza de la Universidad de Barcelona con el lema “Por la República catalana del pueblo, los trabajadores y la juventud”.
Un grupo de alumnos arrojó huevos, latas, botellas de plástico y rollos de papel higiénico contra los agentes que custodian la Jefatura Superior de Policía de Barcelona.
Y centenares de independentistas bloquean los accesos al templo de la Sagrada Familia, el monumento barcelonés más visitado por los turistas y uno de los más conocidos de España en el mundo, lo que frustró el acceso de visitantes extranjeros.
En la ciudad de Gerona, 60.000 personas y 150 tractores agrícolas recorren varias calles con banderas independentistas.
CORTES VIARIOS
El consumo eléctrico en la región se redujo hoy un 7 %, lo que pude significar un impacto “reducido” de la huelga, dijo el ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, en rueda de prensa en Madrid.
El ministro aseguró que el tráfico ferroviario se desarrolla sin novedades significativas y con los servicios mínimos establecidos. El 15 % de los 150 trenes previstos de alta velocidad y larga distancia fueron suprimidos.
En el aeropuerto de Barcelona, la actividad de mercancías quedó paralizada debido a que los estibadores apoyan la huelga.
La Policía catalana tuvo que cargar para impedir que un grupo sindicalista bloqueara la terminal portuaria de cruceros. Varias navieras anunciaron que desviarán sus buques a otros puertos o recomendaron a sus clientes no desplazarse a Barcelona.
La jornada comenzó con cortes de 14 carreteras en varios puntos de Cataluña, como las importantes autopistas AP-7 y A-2, donde los independentistas formaron barricadas de fuego o caminan por ellas en dirección a Barcelona.
También interrumpieron el tráfico en ambos sentidos en la frontera de España con Francia.
La circulación ferroviaria también estuvo paralizada de manera intermitente en algunos casos.
La huelga general ha causado la cancelación preventiva de 55 vuelos en el aeropuerto internacional de Barcelona, donde el día comenzó con normalidad.
Los servicios mínimos del transporte público de Barcelona y los trenes funciona sin apenas alteraciones, así como los grandes hospitales. Mercabana, el mercado central de la capital catalana, abrió con muy poca actividad.
Cataluña vivió el jueves la cuarta jornada de disturbios en las principales ciudades de la región, donde grupos de extremistas atacan a las fuerzas del orden y levantan barricadas de fuego, conde decenas de detenidos y heridos, aunque los altercados disminuyeron anoche.
El Ayuntamiento de Barcelona valora en 1,5 millones de euros los daños urbanos causados en las algaradas, como unos setecientos contenedores de basura quemados.
Comerciantes, sector turístico y patronales empresariales avisaron de las graves repercusiones que pueden tener los disturbios para la imagen internacional de la ciudad y el resto de Cataluña, la llegada de turistas y la actividad económica general.
EFE
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