Emilio Nicolás, el hombre que transformó una estación televisiva con dificultades de Texas en la compañía que se volvió el gigante de las transmisiones en habla hispana, Univision, falleció el 12 de octubre en su casa de San Antonio. Tenía 88 años.
Por Daniel E. Slotnik | The New York Times
Su hijo Guillermo dijo que las complicaciones de una parálisis supranuclear progresiva, una enfermedad cerebral, fueron la causa de su muerte.
En 1955, Nicolás empezó a trabajar en KCOR, una estación televisiva de San Antonio que era de su suegro Raoul Cortez. En ese momento, casi no había estaciones televisivas en Estados Unidos que transmitieran únicamente en español; el Instituto Smithsoniano, que tiene una exposición acerca de la historia de la televisión hispana en Estados Unidos en el Museo Nacional de Historia Americana, dice que la estación de Cortez fue la primera de habla hispana y con un dueño de origen latinoamericano en Estados Unidos.
Al inicio KCOR tuvo dificultades y Nicolás hizo todo lo que pudo para que triunfara. Un artículo biográfico de The San Antonio Express-News mencionó que había sido “camarógrafo, vendedor de anuncios, director de programación y de noticias” y que “también producía programas en vivo y comerciales con la única cámara de la estación para complementar los programas pregrabados y las películas de México”.
“Hasta escribía las canciones publicitarias”, según dice una cita de él.
Cortez se cansó de dirigir la estación y en 1961 Nicolás la compró junto con otros cuatro inversionistas y le cambió el nombre a KWEX.
Nicolás ayudó a crear programas que su audiencia no podía encontrar en otros canales, como noticias locales que incluían reportajes de Centro y Sudamérica y un programa que explicaba cómo tener acceso a los beneficios del Seguro Social. También se presentó ante las cámaras para dar a conocer artículos de opinión que había escrito sobre temas como educación e inmigración.
Teresa Rodríguez, quien ha ganado múltiples premios Emmy y es la presentadora de “Aquí y Ahora”, la revista noticiosa de Univision, trabajó con Nicolás al inicio de su carrera en el canal. En una entrevista mencionó que pensaba que sus decisiones de programación habían estado motivadas tanto por su deseo de ofrecer contenido a la comunidad hispana como por la necesidad de que la estación tuviera más solvencia económica.
“Él sentía que no solo era necesario ofrecer noticias y entretenimiento a un público hispanoparlante, sino que también debía hacerse sin que este sintiera que iba a perder sus costumbres, raíces y cultura”, dijo Rodríguez.
La audiencia hispanoparlante fue receptiva, pero los anunciantes se mantuvieron alejados, en parte porque KWEX era un canal de frecuencia ultra alta, UHF por su sigla en inglés.
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Los televisores de aquel entonces estaban diseñados para recibir aproximadamente una decena de canales de frecuencia muy alta (VHF) de manera automática, y muchos de esos canales estaban monopolizados por las tres principales cadenas televisivas. Las estaciones más pequeñas se transmitían por UHF y los televidentes necesitaban una antena propia y un convertidor para recibir la señal.
Esto restringió mucho la audiencia de KWEX. Pero Nicolás dijo que lo usó como un argumento de ventas, pues llevaba posibles anunciantes a los vecindarios mexicoestadounidenses en San Antonio a fin de mostrarles las antenas para UHF que remataban todos los techos. (Esto fue antes de que hubiera datos confiables sobre las audiencias.)
Sin embargo, el alcance limitado de UHF dificultaba el crecimiento de la empresa, por lo que Nicolás y René Anselmo, uno de sus socios, fueron a Washington para cabildear a favor de la Ley de Receptores de todos los canales, la cual permitiría que la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por su sigla en inglés) exigiera que los nuevos televisores incluyeran sintonizadores UHF. La propuesta de ley se promulgó en 1962, allanando el camino para la expansión de Nicolás y sus colegas.
Al poco tiempo, la compañía se convirtió en dos entidades conectadas: Spanish International Communications Corp., SICC, que adquirió estaciones y afiliados en Los Ángeles, Nueva York y otros mercados importantes, y Spanish International Network, SIN, que ofrecía programación y a la vez se encargaba de la publicidad de esas estaciones. En los años setenta, SIN se convirtió en una de las primeras cadenas en Estados Unidos en transmitir su programación por vía satelital.
Nicolás, que llegó a asumir el cargo de presidente de SICC después de varios años en la compañía, ayudó a la empresa a expandirse a más de 200 afiliados en todo el país. Hallmark la compró en 1987 por más de 300 millones de dólares, una venta motivada por disputas internas y una resolución de la FCC que decía que los extranjeros eran dueños de gran parte de la compañía. Al poco tiempo de la venta, se le dio el nombre de Univision.
Univision —mejor conocida por las telenovelas y el programa de variedades “Sábado Gigante”, que en 2015 cesó su larga trayectoria— afirmó que obtuvo 2700 millones de dólares en ingresos totales en 2018 y que su programación llega a más del 95 por ciento de los hogares hispanos de Estados Unidos, una población que se acerca a los 60 millones.
Emilio Rafael Nicolás nació el 27 de octubre en Nueva Rosita, un pequeño pueblo en el estado de Coahuila, a 80 kilómetros de la frontera con Texas. Sus padres, Constantino y Miriam (Saide) Nicolás tenían varias tiendas en el pueblo donde él creció antes de asistir a un internado en San Luis Potosí, en el centro de México.
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Tras graduarse de la preparatoria, se mudó a San Antonio para ir a la Universidad de Santa María, donde estudió química, biología y matemáticas; se graduó en 1951. Obtuvo una maestría de la Universidad Trinity en San Antonio en 1952 y tenía el deseo de ser médico, pero descubrió que ese camino profesional estaba bloqueado para él debido a prejuicios.
En lugar de eso empezó a trabajar en el Instituto de Investigación del Suroeste en San Antonio, donde estudió sobre la aterosclerosis y la vacuna contra la polio. Ahí trabajó durante años antes de comenzar su empleo en KCOR.
En 1953, se casó con Irma Cortez, a quien conoció en la Universidad de Santa María. Además de su esposa y su hijo Guillermo, le sobrevive otro hijo, Emilio III; una hija, Miriam Relyea; cinco nietos y siete bisnietos.
Nicolás siguió trabajando en la televisión después de que vendió SICC. Él y Emilio Azcárraga Milmo, el hijo de Emilio Azcárraga Vidaurreta, su exsocio, se unieron para convertir Galavisión, que entonces era un canal de cable, en otra cadena televisiva en español. La compañía se llamó Nicolas Communications Corp. y fue tan exitosa que en 2003 Nicolás logró venderla a tres compañías, incluyendo Univision.
c. 2019 The New York Times Company
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