El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, presenta este domingo su plan en caso de que gane las elecciones del 12 de diciembre en el Reino Unido, un programa que busca primero llevar a cabo el Brexit y luego pasar la página de la austeridad.
Para Johnson, estas elecciones -las terceras en cuatro años- son el único medio para que el Reino Unido salga de la parálisis del Brexit, que divide al país desde que 52% de los británicos votaron por él en un referéndum en 2016.
Para intentar convencer a los electores, promete un “regalo de Navidad anticipado” si sale ganador: el regreso al Parlamento a partir del próximo mes del proyecto de ley sobre el acuerdo de retirada de la Unión Europea (UE). Esto permitiría dejar el bloque a finales de enero.
“Mientras las familias se preparan para cortar sus pavos esta Navidad, quiero que disfruten de este periodo de fiestas con la mente libre de este drama del Brexit, al parecer sin fin”, declaró antes de la presentación de su programa el domingo por la tarde en las West Midlands (centro).
Este programa “realizará el Brexit y nos permitirá avanzar y liberar el potencial de todo el país”, agregó.
En un gesto para los contribuyentes, Johnson se comprometió a garantizar que los tres principales impuestos -sobre la renta, la seguridad social y el IVA- no iban a aumentar bajo su gobierno conservador.
El Partido Conservador, que ha visto aumentar su popularidad desde la llegada de Johnson al poder, lidera los sondeos con alrededor de 40% de las intenciones de voto, más de 10 puntos por delante de los laboristas, principal partido de la oposición.
La renuncia del eurófobo Nigel Farage a presentar candidatos de su Partido del Brexit en más de 300 circunscripciones debería también beneficiara a la formación conservadora.
De todas formas, el resultado de las elecciones sigue siendo incierto y los analistas políticos se mantienen prudentes.
– Acuerdo del Brexit preparado –
El principal punto que pone de relieve Johnson en su campaña es el acuerdo de salida de la UE, que debe permitir al país recuperar el control de sus leyes, de su dinero y de su política migratoria.
Su principal competidor, el líder del Partido Laborista Jeremy Corbyn, si llega al poder, buscará negociar un nuevo acuerdo de Brexit en un plazo de tres meses y presentarlo a los votantes en un referéndum en el que los británicos también tendrían la opción de anular el Brexit.
Boris Johnson se burla de Jeremy Corbyn sobre esta estrategia, haciendo caso omiso de la negativa de su adversario a elegir un bando -el jefe laborista ya advirtió que permanecería “neutral” en la campaña de este posible segundo referéndum.
Pero Boris Johnson también tiene su “punto débil”: los años de austeridad que los británicos han sufrido bajo diferentes gobiernos conservadores. Promete ponerle fin inyectando miles de millones de libras esterlinas en los servicios públicos.
Johnson se compromete, particularmente, a aumentar en 33.900 millones de libras (39.500 millones de euros) el presupuesto del servicio público de salud, muy apreciado por los británicos, pero en pésimo estado debido a problemas de contratación de personal y de vetustez de los establecimientos.
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