La crisis del agua que sufren muchos países de América Latina, especialmente los sudamericanos, es uno de los principales desafíos que afronta la región para los próximos años en la lucha contra el cambio climático.
EFE
El problema de la gobernabilidad del agua en Latinoamérica fue uno de los temas tratados este martes en la segunda jornada de la cumbre mundial del clima, la COP25, que se celebra en Madrid hasta el 13 de diciembre.
«No hay escasez de agua en el mundo, sino de infraestructuras e ideas», dijo el boliviano Carlos Fernández-Jauregui, coordinador adjunto del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El especialista en hidrología explicó que una de las consecuencias del cambio climático es el deshielo en la cordillera de los Andes, que afecta directamente a países como Bolivia, Chile, Perú o Argentina.
Por eso, «hay que garantizar el agua para las comunidades rurales y también para las capitales» de esos países y «ese es el reto para los próximos años, suministrarles agua de buena calidad», dijo.
Para alcanzar ese objetivo Fernández-Jaúregui subrayó que debe darse una gestión a nivel «internacional», leyes que sean «más modernas» y formación en recursos humanos.
«No puede ser que existan profesionales del siglo XIX para dar soluciones a problemas del siglo XXI», remarcó.
«El agua en la región sufre una crisis de gobernabilidad y solo los países que sepan gestionarla estarán en primer nivel», reiteró.
El especialista de la Unesco fue uno de los ponentes del evento No Planet B Latino Summit, que se desarrolló de forma paralela a las sesiones institucionales dentro de la cumbre.
La gestión de los mares y océanos ocupó un espacio muy importante dentro de las exposiciones, en las que participaron, entre otros el embajador de República Dominicana en España, Olivo Rodríguez Huertas, quien subrayó que la protección del mar y de las especies es una «vital y prioritario» para el Gobierno de su país.
«En República Dominicana estamos viviendo los efectos de las erosiones derivadas del cambio climático. Cada vez los huracanes son más fuertes y eso genera muchos daños, no solo en las costas, también zonas vulnerables de nuestro territorio», indicó Rodríguez Huertas.
El embajador dijo que República Dominicana es uno de los países del mundo «más expuestos al cambio climático», que tiene consecuencias directas sobre el turismo, por lo que hizo hincapié en la colaboración entre los sectores público y privado «para cumplir los objetivos adquiridos en esta lucha».
En el evento se presentó también la campaña «500 soluciones climáticas para América Latina y Caribe», destinada a lograr la descarbonización de la economía, la eficiencia energética, el desarrollo de las energías renovables, la eco-construcción, el tratamiento de agua y la gestión de residuos en la región.
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