Chile se aproxima a la consulta popular para cambiar la Constitución de Pinochet el próximo 26 de abril. Mientras, muchos en el país destacan la importancia de preservar la memoria histórica, así reseñó RT
Con este objetivo en mente, un equipo de diseñadores — Jorge Olivares y Arinishca Salinas— ha elegido un enfoque innovador para atraer la atención de los jóvenes a la época de la dictadura militar.
Han creado un videojuego ambientado en la dictadura de Augusto Pinochet, con el cual buscan atraer la atención sobre este periodo, desde una nueva plataforma. RT ha conversado con ellos.
Resistencia armada y popular
La idea «se inició en primera instancia como un rescate de la historia nacional reciente de Chile, que ha sido omitida por la historiografía oficial del país y por el modelo imperante social que hay en Chile», expresó Jorge, el creador del juego.
«Hay una motivación testimonial de gente que he conocido que fue parte de la resistencia, que estuvo en eso y sus relatos me han inspirado a llevar sus historias y traducirlas al formato de un videojuego y llevarlo a las nuevas generaciones», añadió.
Para ello, ha necesitado formar un equipo multidisciplinar que lo asista en las diferentes facetas de este proyecto. Lograr la ambientación correcta ha constituido todo un reto debido a la escasez de imágenes ocasionada por el cerco mediático de la época.
En los zapatos de los perseguidos
«Es volver a caminar a las calles de Santiago durante la época. Estas calles de Santiago son muy distintas de cómo son hoy. No tanto porque exista una vereda o un vehículo, sino porque la gente, al estar metida en una dictadura ocupaba el espacio de una manera muy distinta a que no la hubiera. Porque se sentían perseguidos», manifestó Arinishca, la diseñadora de ambiente del juego.
Ahora, los autores del juego buscan fuentes de financiamiento para darle impulso a las siguientes etapas del proyecto. Temen que las instituciones gubernamentales frenen sus planes por considerar el juego subversivo en el contexto actual. Un contexto que para más de uno trae ecos dictatoriales. Así lo testimonian varios jóvenes de la capital chilena a RT.
Sentimiento antidictadura
«A la dictadura nosotros la miramos de reojo por el hecho de que conlleva muchas cosas de lo que está pasando ahora», expresó uno de ellos.
«Nos incumbe un montón más que antes porque hay muchas más plataformas de las cuales nos podemos informar», expresó una joven. «Las redes sociales nos sirven para poder estudiar, y más con lo que está pasando hoy en día en el sistema social. Hay muchas investigaciones y saben mucho sobre lo que está pasando», concluyó.
Recordar el horror
Que esas páginas de la historia queden fijadas en la conciencia de los más jóvenes es también mérito de varios centros culturales en la nación.
El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Santiago de Chile es uno de los lugares primordiales para recordar los horrores de la dictadura de Pinochet. Su importancia se revaloriza a medida que el tema adquiere mayor significado para las nuevas generaciones del país.
«Mayoritariamente, los estudiantes siempre estuvieron apoyando a las asociaciones de familiares en búsqueda de la justicia. Quedó ese sentimiento antidictadura que lo traspasaron sus padres y sus abuelos por lo cual esa es la reacción que tienen hoy en día, con todo el tema del toque de queda y militares en la calle. Ellos no vivieron pero saben que pesa en la historia de nuestro país», cometnó Alicia Lira Matus, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP) de Chile.
Fueron miles los ejecutados políticos de la dictadura. Aún hoy hay desaparecidos: víctimas cuyos rostros desbordan el espacio que los agrupa y que a los vivos les susurra «nunca más».
Con información de RT
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