El cierre de ciudades para controlar la transmisión del nuevo coronavirus se extiende en China. Después de la abrupta cuarentena impuesta desde este jueves a Wuhan, la ciudad de 11 millones de habitantes foco de la infección, las autoridades han ordenado el aislamiento de otras cuatro en las cercanías. Huanggang, de 7,5 millones de habitantes, cerrará su estación ferroviaria a partir de esta medianoche. Hará lo mismo la relativamente más pequeña Ezhou, de una población de un millón de residentes. Otras dos localidades de menor tamaño, Chibi y Zhijiang, también han restringido los movimientos de sus vecinos.
En Huanggang, situada a unos 70 kilómetros de Wuhan, se detendrá el transporte público y los trenes dejarán de salir de su estación hasta nueva orden. También quedarán cerrados lugares de encuentro público como cafeterías o cines, según un comunicado del gobierno local. Los residentes han recibido órdenes de no abandonar la localidad salvo circunstancias especiales. En Ezhou, a unos 60 kilómetros, dejarán de funcionar las estaciones de tren.
En otras grandes urbes chinas, los gobiernos locales han anunciado la cancelación de los festejos públicos del Año Nuevo lunar, a partir de este sábado, para evitar contagios. La alcaldía de Pekín ha anunciado la anulación de los eventos de grandes dimensiones: no se celebrarán las populares ferias de los templos, que congregan a miles de personas en algunos de los parques y templos más frecuentados de la capital con una oferta de espectáculos tradicionales y juegos. Una medida a la que se suma a Wuhan, la región autónoma de Macao y la provincia costera de Zhejiang.
En esa provincia, la ciudad de Hangzhou, de 9,8 millones de habitantes, ha dado a conocer que estos días suspenderá sus espectáculos y los recorridos en barcos de mayor tamaño en su lago del Oeste, su principal atracción turística. También se cerrarán los museos y otros puntos donde tienden a congregarse los visitantes.
Los datos más recientes sobre el coronavirus conocido como Wuhan 2019-nCoV sitúan los casos en 18 muertos y 634 infectados, cerca de un centenar más que las cifras del día anterior. El nuevo fallecido ha sido notificado por las autoridades de la provincia de Hebei y es el primero que se produce fuera de Wuhan. El patógeno ya ha llegado a Taiwán, Japón, Corea del Sur, Tailandia, Singapur y Estados Unidos.
Los 18 fallecidos, según los datos oficiales que ha divulgado este jueves la Comisión Nacional de Salud de China, son en su mayoría hombres. Casi todos, de edades superiores a los 70 años y ya con cuadros de otras enfermedades. La víctima más joven es una mujer de 48 años con un historial de diabetes e infarto cerebral. Todos residían en la provincia de Hubei, donde se encuentran las ciudades en cuarentena.
Mientras crece la inquietud por el virus, que se expande coincidiendo con la temporada de viajes por el Año Nuevo lunar —la mayor movilización del mundo, en la que se calculan cerca de 3.000 millones de desplazamientos—, un estudio que publica un equipo de cinco científicos de diversas universidades chinas apunta que las serpientes son, probablemente, el animal que transmitió el patógeno a los humanos.
Las autoridades chinas habían trazado el origen de la infección en el mercado de Huanan, en la ciudad de Wuhan, la séptima del país y un importante nudo de transporte que ha quedado desde este jueves aislada por cuarentena. En este mercado, aunque su nombre oficial lo describía como un punto de venta de marisco y pescado, se vendían numerosas especies de animales salvajes, desde cachorros de lobo a murciélagos. La Comisión Nacional de Salud admitió que el virus se transmitió de un animal al ser humano, aunque no especificó de qué especie se podía tratar.
Un primer estudio publicado el martes pasado en la revista Science China Life Sciences, de la Academia China de Ciencias, había analizado la relación entre el nuevo coronavirus y otros similares. Entre sus conclusiones, había encontrado que el patógeno estaba muy relacionado con una cepa que infecta a los murciélagos. Pero también había indicado la probabilidad de que el contagio se hubiera producido a través de un animal intermedio. Sin embargo, el informe de cinco científicos chinos que publica la revista Journal of Medical Virology apunta que ese animal es, probablemente, una serpiente.
“El 2019-nCoV parece ser un virus recombinante entre el coronavirus de los murciélagos y otro coronavirus de origen desconocido”, explican los expertos. “Nuestra investigación concluye que la serpiente es el animal salvaje más probable”.
El estudio, que recuerda que las serpientes se encontraban entre las especies vendidas en el mercado de Wuhan, precisa que en el sureste de China, la zona donde se encuentra esta ciudad, son endémicas dos especies, la cobra china o Naja Atra y la Bulgarus Multicinctus. Las serpientes “también se vendían en el mercado de Huanan, donde muchos de los pacientes trabajaban o contaban con un historial de exposición a los animales de granja o salvajes”, explican.
Aunque su consumo no es habitual, la carne de serpiente es apreciada en la tradición china por sus supuestas propiedades afrodisíacas, para proporcionar calor en invierno y dar una apariencia más sana a la piel.
El Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), que en 2003 dejó cerca de 700 muertos en China y otros países, se vinculó con el consumo de carne de civeta, un felino salvaje originario del sur y el sureste asiático.
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