Human Rights Watch (HRW) exigió este domingo el «cierre inmediato» del centro de detención de Gikondo en Kigali, donde -según esta organización pro derechos humanos- «cientos de niños» han sido «detenidos de forma arbitraria y abusados».
«Las autoridades ruandesas sostienen que rehabilitan a niños de la calle. Pero, sin embargo, los encierran en condiciones inhumanas y degradantes, sin el debido proceso (legal), y los exponen a palizas y abusos», afirmó este lunes en un comunicado el director de HRW para África Central, Lewis Mudge.
La oenegé documenta esa situación en un informe titulado «‘Mientras vivamos en las calles, nos golpearán’: la detención abusiva de niños en Ruanda».
La investigación se basa en entrevistas hechas entre enero y octubre de 2019 a treinta menores de entre 11 y 17 años que sufrieron abusos en ese «centro de tránsito», como lo llaman las autoridades, así como en documentos oficiales, declaraciones del Gobierno y datos de la Comisión Nacional para los Niños.
Según la legislación vigente desde 2017, recuerda HRW, las personas que exhiben «comportamientos anormales» como «la prostitución, el uso de drogas, la mendicidad, la vagancia, (o) la venta ambulante informal», pueden permanecer en centros de tránsito hasta dos meses, sin ninguna otra justificación legal o vigilancia.
De los treinta menores entrevistados, 28 aseguraron haber recibido palizas en Gikondo.
«Un funcionario del centro me golpeó con un palo grande en la espalda y las nalgas cuando llegué al centro», aseguró un niño de 15 años detenido en Gikondo durante dos meses en 2019.
«Si eres una chica joven, te llaman puta», señala una niña de 16 años que estuvo recluida durante un mes a principios del año pasado.
Ruanda, que ratificó la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño en 1991, sostiene que los niños de la calle «no son tratados como delincuentes» cuando son internados en esos centros por un «periodo corto» antes de buscarles una solución.
Sin embargo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, designada por el Gobierno ruandés, visitó Gikondo en julio de 2019 y cuestionó las «repetidas detenciones de niños que viven en la calle», recalcó la oenegé.
La divulgación del informe de HRW coincide con el inicio en Ginebra de la revisión de la situación en Ruanda por parte del Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, al que Mudge pide que defienda a «los niños que afrontan abusos».
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