El “gobierno ilegítimo y fallido de Maduro, que está usurpando el poder, debe renunciar”, dijo fuerte y claro el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo emérito de Caracas, durante una entrevista concedida en exclusiva a la Brújula Cotidiana. “No es posible que el gobierno italiano apoye al gobierno de Maduro, que llevó a Venezuela a la ruina”, puntualizó.
El “gobierno ilegítimo y fallido de Maduro, que está usurpando el poder, debe renunciar”, dijo fuerte y claro el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo emérito de Caracas, durante una entrevista concedida en exclusiva a la Brújula Cotidiana. En el ejercicio de su ministerio profético, intenta dar voz a todas las personas que a diario sufren por la grave crisis que no parece tener fin en Venezuela. Junto con él existe un episcopado compacto y activo en defensa de los derechos y de la dignidad del pueblo venezolano: “Ante la realidad de un gobierno ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo, una vuelta a la Constitución. Ese cambio exige la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo presidente de la República”, se lee en la exhortación pastoral publicada el pasado 12 de julio de 2019. Palabras que los obispos reiteraron en la “Carta Fraterna” del pasado 10 de enero de 2020, con motivo de la CXIII Asamblea Plenaria Ordinaria del
episcopado.
Cabe señalar que los obispos también rechazaron el reciente intento del régimen de Nicolás Maduro de reemplazar al presidente de la Asamblea Nacional por el diputado pseudo opositor Luis Parra. “Publicamos un documento en rechazo de ese golpe de Estado y desconociendo la directiva que fue nombrada en esa sesión espuria que ni siquiera tuvo cuórum, que no hubo actas, que no hubo un documento para poder comprobar que allí hubo la elección de una directiva”, afirmó el purpurado, evidenciando que el episcopado reconoce como único presidente legítimo de la Asamblea Nacional al diputado Juan Guaidó. Este intento de golpe parlamentario del régimen “marca un hito más en el deterioro político de la situación de Venezuela”, aseguró.
La crisis parece de nuevo estancada, ¿puede contarnos sobre la situación actual? Insistimos que este gobierno ilegítimo y fallido, que está usurpando el poder debe renunciar, debe irse, debe dar paso a un gobierno de transición, para evitar que se siga dando la tragedia social, económica y política que está viviendo el pueblo venezolano. Hay un dato que a mí me parece gravísimo: hace 18 meses 1 dólar costaba 60 bolívares soberanos, hoy día está costando más de 75 mil bolívares soberanos. Existe una inflación espantosa por culpa del gobierno, porque la economía la maneja el gobierno nacional. Además, es vergonzoso que exista escasez de gasolina en un país petrolero. El gobierno debería renunciar solamente por eso, por haber arruinado a nuestra industria
petrolera, deben irse y los venezolanos deberíamos insistir para que haya un cambio de gobierno. Además, tenemos el problema de los presos políticos, la economía destruida, el alto precio de la comida, en fin, estamos en una situación cada vez peor, por lo que hay que trabajar fuertemente para lograr democráticamente un cambio de gobierno.
¿Cómo vive la iglesia venezolana esta crisis?
Nosotros sufrimos las mismas penurias, la misma escasez que sufre el pueblo venezolano. Sufrimos la falta de gasolina. Los obispos, sobre todo del interior, tienen mucha dificultad para trasladarse, para realizar su trabajo pastoral. Los sacerdotes la
misma cosa. Las parroquias subsisten gracias a la buena voluntad de algunos fieles y, por supuesto, gracias a la generosidad de los sacerdotes que trabajan con gran dedicación. De manera que nosotros estamos compartiendo el sufrimiento del pueblo venezolano y así debe ser, el pastor debe estar con sus ovejas, el pastor debe estar con su pueblo, y eso es lo que estamos haciendo.
También estamos sufriendo la emigración de muchos sacerdotes, por motivos de salud, por problemas anímicos, porque se sienten molestos por esta situación de agitación política permanente. También hemos perdido muchísimos catequistas y colaboradores pastorales de la iglesia, es una verdadera tragedia. Pero tenemos otro problema también muy grave, que es la reducción del tiempo hábil de trabajo, pues antes teníamos una gran cantidad de actividades religiosas, actividades litúrgicas, encuentros y reuniones de trabajo de noche. El trabajo pastoral a partir de las 6:00 de la tarde era intenso, en cambio ahora no se puede porque no hay transporte, no hay luz, no hay seguridad y la gente no puede participar. De manera que también estamos sufriendo desde un punto de vista pastoral los efectos de un mal gobierno, que está llevando a Venezuela a una situación de deterioro global. Por eso insistimos que el gobierno debe cambiar, deben irse y dar paso a un gobierno que pueda manejar bien la vida del pueblo venezolano.
Apesar de la situación, los obispos, la iglesia no ha parado. No hemos dejado de santificar al pueblo, no hemos dejado de hacer los actos litúrgicos con gran unidad. Ese es otro factor que hay que señalar: la unidad de la iglesia, la unidad de los obispos, la unidad con el pueblo y la unidad del pueblo con la iglesia.
¿Cómo pueden contribuir tanto la Iglesia universal como la comunidad internacional a impulsar un cambio en Venezuela?
Primero pidiéndole mucho a Dios para que podamos resolver este problema de manera pacífica. Pero también insistiendo con los gobiernos para que apoyen a la oposición democrática. No es posible que el gobierno italiano, por ejemplo, esté apoyando al gobierno de Maduro que ha llevado a Venezuela a la ruina y que tiene una gran cantidad de presos políticos, que ha violado los derechos humanos. No es posible que un gobierno democrático como el gobierno italiano no esté apoyando a la oposición democrática que encabeza el presidente encargado de la república, Juan Guaidó.
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