Cuando el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, y su cúpula se enteraron por la rueda de prensa en televisión de que el Gobierno declaraba prohibido el despido en España se produjo un antes y un después. Hasta ahora, la patronal no paraba de hacer gestos que no pocos miembros calificaban de «excesivo pasteleo» con el Ejecutivo de coalición.
Por Carlos Segovia / EL MUNDO.ES
El propio Garamendi y el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, habían preferido apoyar, mordiéndose la lengua, los sucesivos planes de choque del Gobierno. Bien es cierto que habían arrancado los hasta 100.000 millones de avales a las empresas, pero no criticaban las evidentes carencias de los planes para paliar el desplome económico del país confiando en que la negociación continuaría. Ayer el diálogo social quedó herido de muerte por un tiempo impredecible.
Garamendi fue particularmente humillado por el Gobierno, porque precisamente ayer había realizado declaraciones constructivas en EL MUNDO elogiando a la actual responsable del diálogo social, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. «Estamos satisfechos con ella, las cosas como son. Ha tenido un enfoque pragmático y profesional». Pero la pragmática y profesional Calviño no llevó al diálogo social que dirige nada menos que la prohibición de despedir en España y terminó aceptando la propuesta de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, curiosamente coincidente con la solicitada oportunamente en la víspera por los sindicatos CCOO y UGT.
La cuestión es, si más allá de las formas intervencionistas, la prohibición es útil para proteger el empleo. A cortísimo plazo sí para los que ya tienen puesto de trabajo que, en el peor de los casos, caerán en ajustes temporales de empleo. Pero el horizonte es sombrío, según coincidían este viernes varios dirigentes de CEOE consultados. «Es muy grave, con señales así de rigidez en el mercado laboral la recesión va a ser larga, porque va a ser difícil atraer inversión», afirma el responsable de Economía de la patronal, Iñigo Fernández de Mesa.
«Esta medida autoritaria y que atenta con la libertad de empresa de la Constitución, va a provocar una multiplicación del desempleo debido a la desaparición de miles de empresas que no podrán aguantar la situación de crisis actual y terminarán en la quiebra técnica», sostiene el vicepresidente de CEOE y presidente de la patronal madrileña CEIM, Miguel Garrido. «Esto lleva a quiebras de empresas. Convierten a una empresa en dificultades en el Titanic. Ya no se puede reducir plantilla para intentar salvar al resto y al barco, ahora nos hundimos todos», asegura otro dirigente de la patronal.
El episodio muestra la incoherencia del plan de choque gubernamental. Ahora habrá empresas en caída libre que no puedan hacer ERTE por el colapso administrativo, ni podrán ya tampoco reducir plantilla. Pueden endeudarse, eso sí, con aval del Estado, pero para pedir crédito deben confiar en que merece la pena apostar porque el Gobierno de Pedro Sánchez logrará una recuperación rápida. Una apuesta cada vez más temeraria.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.