Cerca de 200 venezolanos que habitan en un albergue del Distrito, en Bogotá, denunciaron que fueron desalojados el martes 31 de marzo bajo el argumento de evitar un foco de coronavirus en el marco de la emergencia por el virus declarada en Colombia.
Se trata del refugio de migrantes Maloka, adscrito a la Secretaría de Integración Social de la Alcaldía de Bogotá, ubicado en el occidente de la capital de Colombia, donde habitan niños pequeños, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad, refiere RCN.
Los venezolanos migrantes elevaron una solicitud a las autoridades locales: “Queremos hacer un llamado para que nos den una solución y no nos boten a la calle en medio de la cuarentena”.
Con la entrada en vigencia del decreto de aislamiento preventivo obligatorio hace más de una semana, migrantes que viven del comercio informal afirman haberse quedado en la calle porque no pueden pagar el arriendo o día a día en los lugares donde habitan, teniendo que recurrir a los refugios del Distrito.
Ante el llamado, Integración Social se comprometió a velar por el bienestar de los migrantes allí presentes, y anunció que, durante la semana, estas personas serán reubicadas en nuevos albergues en la ciudad.
Dos desalojos en menos de siete días
Se trata de la segunda acción de desalojo de venezolanos migrantes en menos de una semana en Bogotá, que adelanta la Alcaldía. Organizaciones humanitarias y asociaciones de inmigrantes denunciaron el jueves 26 de marzo el desalojo de decenas de familias venezolanas y otras personas vulnerables que no pueden pagar el arriendo de sus habitaciones, debido a que la cuarentena por el COVID-19 les impide trabajar.
Las víctimas son personas que se ganan la vida en las calles de la ciudad y al no poder asumir un alquiler mensual pagan un hospedaje diario en hoteles de mala muerte o pensiones del centro donde ya no son aceptados por falta de dinero.
Entonces, la asociación Venezuela Proactiva alertó que en el barrio de Santa Fe, conocido por ser una zona de prostitución, posadas y hoteles «pagadiarios», han expulsado a numerosas familias, con niños incluidos, a los que no les queda más remedio que pernoctar a la intemperie, con el agravante del frío bogotano.
«Están sacando de las viviendas a los migrantes. Desde el sábado algunos dueños de estos hoteles les dicen a las familias que tienen que irse. Hay familias que están en la calle, que no pudieron salvar sus cosas y también trabajadores que al volver a la habitación se encontraron con que su puerta estaba bloqueada con un candado», expresó a EFE el portavoz de la organización, Carlos Álvarez.
Con información de RCN y EFE
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