Debido a las estrictas medidas de aislamiento, los afectados por covid-19 que se encuentran hospitalizados y se acercan al final de su vida, tienen que pasar sus últimos días en soledad, sin que sus familias y amigos puedan darles una despedida apropiada.
Cuando los médicos diagnosticaron con coronavirus a Carolann Christine Gann, una residente de Estados Unidos de 75 años, su hija no creía que tendría la oportunidad de despedirse.
«No poder estar allí y tomar la mano de mi madre, frotarle la cabeza, decirle las cosas que quería decirle. Fue una sensación de impotencia», contó Michelle Bennett, hija de la mujer enferma. «Puedo recordar los días en los que me sentía tan frustrada e impotente y no poder hablar con ella porque no estaba consciente durante ese tiempo», recoge sus palabras CNN.
Michelle Bennett didn't think she'd be able to say goodbye to her mother before she died. https://t.co/f4GYQVo6o4
— FOX40 News (@FOX40) March 31, 2020
«Mamá, está bien irse ahora»
Pero gracias a una enfermera que cuidaba a Gann en el hospital Swedish Issaquah (en el estado de Washington), madre e hija pudieron decirse el último adiós. Según Bennett, la enfermera la llamó con su propio teléfono y le informó que la respiración de la mujer indicaba que probablemente no le quedaba mucho tiempo.
La especialista le prometió a Bennett que su madre no estaría sola, y que el personal del hospital se quedaría «con ella hasta el final». Posteriormente, la enfermera realizó una videollamada de FaceTime y acercó el teléfono a la cara de la paciente, con el objetivo de que su hija pudiera verla antes de su deceso.
«Te amo mucho… Te perdono mamá, te amo. Sé que no tuve la oportunidad de decirlo», le dijo Bennett a su madre, en relación a que ambas habían discutido recientemente las pruebas por las que pasa cada relación madre-hija y que nunca había llegado a decirle a su progenitora lo que sentía al respecto.
Sus últimas palabras fueron «mamá, está bien irse ahora», y afirma que espera que su madre las haya escuchado. Según Bennet, pudo ver que la enfermera estaba llorando. Aproximadamente una hora después de la llamada, Carolann Christine Gann murió a causa del covid-19.
Después del gesto de la enfermera, Bennett afirmó que valora mucho el trabajo del personal médico, y sabe «lo difícil que es» para los que están «en la primera línea» de la lucha contra la pandemia y «todos los días» tienen que «correr el riesgo de contraer la infección».
«Sentir la compasión y la empatía de estar allí en ese momento como si fuera su propia madre es una de las cosas más increíbles que he experimentado», confesó al medio.
La batalla contra el coronavirus continúa. La pandemia ya se ha cobrado la vida de más de 47.000 personas en el mundo, mientras que la cifra de contagiados ha superado los 939.000 casos.
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