A medida que avanzó la cuarentena preventiva por el nuevo coronavirus emergieron largas colas de venezolanos en búsqueda de gasolina o diésel en Táchira y Zulia donde ya convivían con la escasez, pero también en otras ciudades del país. El racionamiento llegó incluso a Caracas y se abrió el camino para una nueva discusión: la entrada de las empresas privadas al negocio de importar gasolina.
Por Margaret López / Efecto Cocuyo
La Cámara Petrolera de Venezuela Capítulo Zulia pidió, por ejemplo, que se “desregule el mercado interno de combustible”. Mientras que la agencia especializada en energía Argus reveló que en las esferas más altas del chavismo evalúan una propuesta para que Petróleos de Venezuela (Pdvsa) permita a los privados “comprar e importar gasolina y diésel y distribuir el combustible en todo el país”.
Importar-gasolina
Permitir que varias empresas privadas comiencen a importar el combustible del mercado internacional puede aliviar la escasez en las zonas fronterizas y el resto del país. Sin embargo, esto también supone varios desafíos que pasan primero por definir el nuevo precio de la gasolina y luego, el asunto central, de cómo coordinar el manejo de estos combustibles importados junto a Pdvsa.
Precio internacional
El modelo que estudia el chavismo se parece mucho a la puerta abierta de las importaciones de los alimentos y el surgimiento de los bodegones que implementó el régimen de Nicolás Maduro para lidiar con el desabastecimiento a mediados de 2018. Salvo que cuando se trata de combustibles se requiere un manejo más especializado, una infraestructura y, por supuesto, el establecimiento de una nueva tarifa oficial para la gasolina.
“Las empresas privadas tendrían que lidiar con Pdvsa para la logística de transporte, al menos inicialmente y también para el almacenamiento. Vender solamente gasolina sería una recta segura para pérdidas, si no se cambia el mecanismo de fijación de precios de la gasolina, a menos que el privado quiera asumir actividades complementarias”, explicó el economista Igor Hernández, del Centro de Energía y Ambiente del Iesa (Instituto de Estudios Superiores de Administración), en entrevista para Efecto Cocuyo.
El precio oficial del litro de gasolina en Venezuela está fijado hoy en 0,00006 bolívares soberanos. Esto supone que llenar todo el tanque de 40 litros de un vehículo particular ni siquiera cuesta un centavo de dólar. A este valor no hay ninguna ganancia económica, al punto que ni siquiera se cubren los costos del manejo de los combustibles hasta las estaciones de servicio.
Llevar el precio de la gasolina en Venezuela a la cotización internacional es la primera carta que necesitan las empresas privadas. Esto supone un alza muy pronunciada en el mercado nacional, pero aun así pudiera ser un precio más competitivo al que se revenden hoy en los mercados negros algunas pimpinas de gasolina.
Un chofer de un camión cisterna de agua contó a Efecto Cocuyo que surtió su tanque a un precio de 1 dólar por cada litro de gasolina durante este fin de semana en Caracas. Aunque la gasolina revendida también se consigue a precios que van desde los 1,50 hasta los 2,5 dólares por litro en otras regiones de Venezuela, como lo expuso la Cámara Petrolera del Zulia en un comunicado público.
Estos precios de reventa de la gasolina en Venezuela poco tienen que ver con los marcadores internacionales. Por ejemplo, en Colombia se vende en 0,52 dólares cada litro, mientras que en Brasil se cotiza en 0,81 dólares por litro, de acuerdo con el ranking de Global Petrol Prices. De hecho, la caída generalizada de los precios del petróleo ayuda a que los combustibles se consigan ahora en valores bajos.
Romper el monopolio
Pdvsa tiene el monopolio completo. En sus manos está el control de las 1.658 estaciones de servicio de todo el país y, además, también el pool completo de camiones cisterna para el transporte de la gasolina, los llenaderos de combustible y los tanques de almacenamiento.
Este control absoluto es gracias a la Ley de Reordenamiento del Mercado Interno de Combustibles Líquidos, que fuera promovida por Rafael Ramírez, cuando estaba como presidente de Pdvsa y que fuera firmada por Cilia Flores, en su estatus de presidenta de la Asamblea Nacional, durante el año 2008.
Los 16 artículos de la ley le confieren a Pdvsa “por razones de conveniencia nacional, carácter estratégico, servicio público y de primera necesidad”, el control del suministro de combustibles líquidos. Fue con esta legislación que Texaco, Shell, British Petroleum (BP), Mobil, Llanopetrol y Trebol, que abrieron sus bombas de gasolina con la apertura petrolera de Rafael Caldera, desaparecieron de las marquesinas de las estaciones de servicio para darle paso al logo de PDV.
Para que las compañías privadas estén habilitadas legalmente en el negocio hace falta una reforma de esta ley orgánica que, en primera instancia, supone una discusión y aprobación por parte de la Asamblea Nacional y su mayoría opositora liderada por Juan Guaidó. Aunque también se asoman otros caminos.
“Ahora convergen el decreto de emergencia económica y el decreto de alarma. Maduro pudiera apalancarse en estos decretos, con el respaldo de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) o la Sala Constitucional o la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), para promover la reforma. Esta movida de incorporar privados puede darse porque definitivamente la falta de gasolina pudiera detener al país”, aseveró el abogado Rafael Álvarez-Loscher, director de la firma Iuriscorp.
La entrada de las empresas privadas al negocio de los combustibles ayuda, además, a crear un puente para ingresar la gasolina al país, a pesar de las sanciones impuestas por los Estados Unidos. La clave es que estas compañías privadas no pudieran establecer ningún lazo comercial con Pdvsa o pudieran exponerse luego a una sanción específica, como ya le ocurrió a la petrolera rusa Rosneft.
“Cualquier empresa grande de alimentos necesita gasolina para mantener su cadena de producción y pudiera perfectamente a aplicar una licencia con la Ofac (Oficina de Control de Bienes Extranjeros). Esto implica armar un pequeño expediente y aplicar a una licencia especial para hacer su importación directa de gasolina. Lo importante es demostrar que esto no beneficia al gobierno de Nicolás Maduro y que no hay ninguna relación. La Ofac responde sus aclaratorias en 72 horas y hasta en menos tiempo”, detalló Álvarez-Losher.
El plan preliminar publicado por Argus, sin embargo, mantiene a Pdvsa como un aliado estratégico de estos nuevos privados. Las estaciones de servicio y los camiones para el traslado se cederían a los operadores privados bajo un modelo de concesiones, mientras que el almacenamiento del combustible importado se haría en los tanques cercanos a las refinerías que Pdvsa tiene en los estados de Falcón, Zulia, Carabobo y Anzoátegui.
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