En el ámbito empresarial se ha generado un debate en torno a la extensión de la cuarentena obligatoria en Venezuela hasta el 13 de mayo, debido a la ausencia de un plan de seguimiento a actividades prioritarias. No se sabe cuándo habrá combustible suficiente para atender las demandas de la población y del sector productor, el sector bancario sigue semiparalizado y no se avizora un plan de trabajo en conjunto entre el gobierno de Nicolás Maduro y privados.
Este lunes, 13 de abril, hubo reuniones y contactos virtuales entre dirigentes empresariales para analizar el impacto de un mes más sin actividades plenas en el país y para definir lineamientos de trabajo en cuarentena.
Mientras hay evaluaciones y debates en el ámbito empresarial, técnicos asociados a gremios producen materiales para explicar en qué situación está Venezuela y cómo se puede afectar su economía en caso de que el aislamiento social continúe.
«En el mundo, los países que se enfrentan a esta pandemia también presentan otro desafío: la abrupta contracción de sus economías, debido -entre otros factores- a la paralización parcial de algunas industrias como la manufacturera y la alimentaria. En el caso específico de Venezuela, la situación pareciera ser aún más cuesta arriba. En una economía que, según cifras oficiales, se contrajo 50 % entre 2013 y 2018, y que desde 2017 atraviesa un periodo hiperinflacionario, las autoridades tienen un margen de maniobra mucho más limitado para enfrentar una pandemia como la que estamos viviendo actualmente”.
Así lo señala un informe producido por la Unidad de Economía de Consecomercio al cual tuvo acceso El Pitazo. El papel de trabajo advierte que hay factores que no combaten los desequilibrios de la economía nacional.
«Por un lado, los recursos son muy escasos para que se realicen estímulos fiscales. Por otra parte, los estímulos monetarios generarían una profundización del espiral hiperinflacionario que vivimos actualmente. Adicionalmente, la informalización que ha vivido nuestra economía durante los últimos años hace que una parte importante de la población se sustente con los ingresos que genere de su trabajo día tras día, lo que los hace especialmente vulnerables a las consecuencias de vivir un periodo de cuarentena”, explica el documento.
Consideraron los analistas que en las últimas semanas se ha agravado la escasez de combustible en Venezuela, lo que pudiera traducirse eventualmente en una restricción de la oferta de bienes básicos. «Serán afectadas las cadenas de producción, distribución y comercio de productos de primera necesidad, como alimentos y fármacos», vaticinan.
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En este caso -advierten- se verían afectados los productores, quienes perderían sus mercancías y cosechas, y los consumidores, que se enfrentarían a un incremento importante en los índices de escasez de bienes básicos y, en consecuencia, en sus precios.
«De esta manera, es fundamental que se garantice el suministro continuo de combustible a los sectores encargados de la producción de alimentos y bienes de primera necesidad para la población”, explicó el papel de trabajo.
Los analistas aseguraron que los gremios empresariales luchan por mantenerse en pie, por mantener a flote su cadena de valor, los puestos de trabajo de sus empleados y la provisión de sus servicios y objeto social allí donde sea posible.
“Los comerciantes fungen como un instrumento para paliar la compleja situación que nos aqueja. Frente al dilema existente entre la salud y la supervivencia del día a día, el comerciante privado se erige como un instrumento de cooperación voluntaria para que, a través de la solidaridad y la libre iniciativa, se desarrolle la actividad económica en el país de la forma más constructiva posible”, finaliza el análisis.
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