Un proyecto de investigación llevado a cabo por varias universidades europeas ha detectado los niveles más altos de microplásticos jamás registrados en las profundidades del fondo marino. Estas acumulaciones de plástico se crean por las corrientes oceánicas, y pueden llegar a contener hasta 1,9 millones de pequeños trozos por metro cuadrado, según un estudio publicado este jueves en la revista Science.
En el estudio los científicos señalan que las corrientes marinas cerca del fondo del Mediterráneo son capaces de crear grandes acumulaciones de sedimentos de pequeñas partículas de plástico a las que denominaron «puntos calientes de microplástico». Estas zonas serían el equivalente a los denominados «parches de basura» que flotan en la superficie del océano.
Más de 10 millones de toneladas de desechos plásticos contaminan los océanos cada año, siendo tan solo el 1 % el que se encuentra en la superficie del agua, mientras que el 99 % restante permanece en las profundidades, según los especialistas, aunque hasta ahora no estaba claro cómo llegaban ahí.
El equipo analizó muestras de sedimentos del fondo marino del mar Tirreno, frente a la costa occidental de Italia. Luego, mediante modelos de corrientes oceánicas profundas y un mapeo detallado del fondo del mar, determinaron cómo estos flujos distribuían las partículas. El equipo encontró que los microplásticos se concentraron principalmente en profundidades de entre 600 y 900 metros, donde las corrientes son más fuertes.
«Descubrimos que los microplásticos no están distribuidos uniformemente en el área de estudio, sino que están distribuidos por poderosas corrientes del fondo marino que los concentran en ciertas áreas», afirmó Ian Kane, de la Universidad de Manchester, quien dirigió el estudio.
Impacto en los ecosistemas oceánicos
Los microplásticos son pequeños trozos de plástico y fibras de menos de cinco milímetros de longitud que se encuentran en el fondo marino, compuestos principalmente de fibras de textiles y prendas de vestir. Llegan al mar a través de los ríos cuando las plantas de tratamiento de aguas residuales domésticas no filtran adecuadamente los contaminantes.
Según los especialistas, estos materiales eventualmente también pueden contaminar a animales que habitan en ese ecosistema, por lo que esperan que su estudio ayude a comprender mejor el impacto de los microplásticos en la vida marina y a predecir la ubicación de otras zonas críticas contaminadas en las aguas profundas.
«Los resultados resaltan la necesidad de intervenciones políticas para limitar el flujo futuro de plásticos en ambientes naturales y minimizar los impactos en los ecosistemas oceánicos», concluyó Mike Clare, del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido.
«Es lamentable, pero el plástico se ha convertido en un nuevo tipo de partícula de sedimento, que se distribuye a través del fondo marino junto con arena, barro y nutrientes«, comentó por su parte Florian Pohl, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Durham.