Europa, con Italia a la cabeza, empezó este lunes a levantar parte de las restricciones que impuso a millones de habitantes para frenar la propagación del coronavirus, pero otras regiones como América Latina sufren de lleno el embate de la enfermedad.
Las autoridades italianas aligeraron el confinamiento con la esperanza de reactivar una economía que el coronavirus dejó por los suelos.
Pero se trata de una apertura muy prudente: nada de comercios minoristas, ni de bares o restaurantes, a no ser que vendan comida para llevar, se fomenta el teletrabajo, no habrá reuniones familiares, aunque se podrá ver a los parientes que vivan en la misma región, se mantiene el distanciamiento físico y social, incluso en el transporte público, quedan prohibidos los pícnics en los parques…
Las autoridades siguen preocupadas por el riesgo de una segunda ola, y no son las únicas. «Las nuevas reglas son más bien vagas. Me temo que para muchos será una excusa para hacer lo que les parezca e ir a ver a todo el mundo, primos, novias…», comenta Alessandra Coletti, una profesora de 39 años.
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-En busca de una vacuna-
Salvo, por supuesto, si se cumplen las predicciones del presidente de Estados Unidos.
«Creemos que tendremos una vacuna antes de fin de año», dijo Donald Trump en un especial de la cadena Fox News en el Lincoln Memorial, en Washington.
«Los médicos van a decir: ‘no debería decir eso’. Digo lo que pienso», agregó Trump.