Oficialmente, los terminales terrestres (públicos y privados) no están prestando servicio. La cuarentena colectiva impuesta a raíz de la pandemia por COVID-19 limitó, en un principio, la entrada y salida de personas entre estados y la suspensión del transporte público interurbano, pero en las últimas semanas este se ha venido reactivando con unidades «piratas» en algunos puntos de la ciudad.
La entrada peatonal y vehicular del terminal terrestre de La Bandera, que ofrecía salidas al occidente del país, se mantiene cerrada. Las rampas y aceras vacías que lo conforman contrastan con la bomba de gasolina que se encuentra justo al lado, donde la anarquía por abastecerse de combustible se extiende por más de tres cuadras de la avenida Nueva Granada.
Sin embargo, el lugar sigue siendo punto de partida, aunque de manera informal, para aquellas personas que requieren trasladarse a otras ciudades. Maracay, Valencia y Barquisimeto son los destinos que más vociferan los «fiscales» ambulantes que se apuestan desde la madrugada en la entrada del terminal.
Salen a primera hora
Las unidades Encava salen todos los días, entre las 6 y 10 de la mañana, a medida que se van llenando los puestos, mientras que los carros por puestos (más costosos) son más flexibles en cuestión de hora.
En total son más de diez personas las que, como otrora, ofrecen viajes a quienes van pasando o llegando al lugar. Uno de ellos, que pidió no ser identificado, aseguró que los interesados deben hacer el pago del pasaje en efectivo, dólares o bolívares, para luego hacer el embarque de las unidades.
Afirma que, debido a la prohibición de la práctica, los autobuses marca Encava tienen que dar varias vueltas por la zona para que ellos no se metan en problemas con las autoridades. Las tarifas varían entre 5 dólares (los destinos más cercanos como Maracay o Valencia) y 15 dólares (Barquisimeto).
En esas ciudades las unidades no llegan directamente al terminal, sino que dejan a los pasajeros en puntos cercanos porque hay más restricciones con el tránsito. Los usuarios lo único que tienen que hacer es pagar el pasaje, no se les pide más nada«, dice la fuente.
Además, señala que la tarifa puede variar en el caso contrario, cuando es del interior a Caracas. «El pasaje desde Maracay puede costar hasta 15 dólares, dependiendo de cómo esté la situación allá y si hay unidades disponibles. De hecho, esa es una de las razones por las que no he vuelto a mi casa«, explica.
El «retorno a casa» tiene su costo
Las unidades piratas que parten del terminal de La Bandera no exigen más nada aparte de la tarifa. Caso contrario ocurre con otras rutas, clandestinas y extraoficiales, que piden algunos requisitos como resultados de pruebas de COVID-19 y partidas de nacimiento de los pasajeros.
Este viernes salió un autobús habilitado por Venetur con destino a San Félix, estado Bolívar, con más de 30 pasajeros como parte del plan «Retorno a Casa» coordinado por esa empresa y el Comité de Usuarios del Transporte Público.
Crónica.Uno estuvo en el lugar de partida de la unidad y confirmó que, si bien algunos pasajeros afirmaron no haber pagado nada por el servicio, otros sí llegaron a pagar pasajes de entre 20 y 25 dólares. Esto además se pudo confirmar por voz de una de las encargadas de la logística al aclararle la duda a una mujer.
«El pasaje es de 25 dólares por persona. No hay límite de maletas, pero todas van en el maletero porque en el puesto solo puede haber un bolso de mano. El problema de nosotros es que nos habían dicho que eran $ 25 en total y no nos dijeron que también se pagaba por la prueba del coronavirus. Eso nos costó dos dólares a través de una persona en San Martín que da el certificado de la prueba«, explicó William Quijada, quien se quedó varado en Caracas e iba con su madre a Upata.
Mely Febles, jubilada del Ministerio de Educación residente de La Sabanita (Ciudad Bolívar), afirma que ella no hizo pago alguno por el traslado. Llegó a Caracas antes que la pandemia a agilizar trámites en esa entidad, por lo que tuvo que quedarse confinada con su cuñada y lejos de su esposo y su hija, quien hizo el enlace con el programa de transporte.
“Ella contactó a varias personas conocidas y así encontró esto. Como a la semana de haberlos llamado, nos avisaron«, exclama Mely, quien es hipertensa y estuvo bandeándose en Caracas gracias al apoyo de hijos y sobrinos que viven en el exterior.
El papeleo no se detiene
Otro de los sitios desde los que están saliendo autobuses bajo cuerda al interior del país es uno de los terminales privados que operan en San Martín, cerca del puente 9 de diciembre. Crónica.Uno no pudo confirmar si esa empresa tiene algo que ver con los traslados que se pactan allí, pero el encargado con quien se negocian los pasajes afirmó que salen desde ese sector.
En este caso, los destinos también son del oriente del país, y el precio de los pasajes varían entre 10 y 30 dólares. La persona consultada señaló que los únicos requisitos son las cédulas y partidas de nacimiento de los pasajeros para «generar» el salvoconducto; no afirmó ni negó si es necesario presentar un informe que descarte tener COVID-19.
La persona que «tramita» o entrega los resultados del descarte de la enfermedad señaló que tienen un costo de 5 dólares y que «no hace falta» hacerse la prueba, a menos que se presenten síntomas (pese a que la mayoría de los contagiados son asintomáticos, según el Gobierno).
«El informe lo hace una persona de la zona que es médico. Explica los ‘resultados’, le pone la firma y un sello de la institución. Tú sabes cómo es todo aquí», dijo, aunque no mostró evidencia de algún otro informe que permita certificar su veracidad.
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