Pablo Casado asiste al desmoronamiento del Gobierno de coalición de Sánchez e Iglesias desde cierta distancia, sin necesidad de azuzar las peleas internas del PSOE y Unidas Podemos, que ya se ocupan por sí mismos de exhibir su división. Tras visitar una empresa textil en la localidad madrileña de Villaconejo, el líder del PP sí ha pedido a Sánchez que elija entre sus socios radicales y quienes defienden la Constitución para reactivar España.
Por ABC
Sánchez debe elegir entre «unos socios radicales, que quieren romper España y su economía, o volver al sentido común de las fuerzas políticas que respetan la Constitución», ha advertido, en un tono moderado, sin aspavientos ni sobreactuación ante lo que está sucediendo en La Moncloa. Eso sí, ha acusado a Sánchez de traicionar a sus aliados, engañar a sus propios ministros y mentir a los españoles.
Casado no ha querido entrar en el intento del PSOE de echar la culpa al PP de su pacto con Bildu, Se ha limitado a advertir a Sánchez de que no puede decidir la derogación de la reforma laboral de forma unilateral, «sin hablar con los sindicatos, ni con la patronal y con el resto de formaciones políticas».
«No se puede mercadear por un puñado de abstenciones», ha señalado en referencia a los votos de Bildu en la prórroga del estado de alarma que se debatió el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados.
El líder del PP ha subrayado que «no se puede deshacer reformas que han permitido crear tres millones de empleos en la última recesión y sostener el estado del bienestar».
«No queremos más colas de hambre», ha advertido Casado, quien ha pedido medidas que abunden en la «competitividad y flexibilidad» económica porque «Europa nos está mirando». «Que llegue la liquidez a las empresas y a los autónomos, que se paguen de una vez todos los ERTE y que haya una flexibilidad en costes laborales, fiscales y de trabas burocráticas».