El organismo de Naciones Unidas (Unesco) advirtió que, al margen de la escuela, los niños y jóvenes quedan fuera también de ayudas importantes, como podrían ser los servicios de comedor.
De acuerdo con un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), denominado ‘El derecho a la educación bajo presión: Principales desafíos y acciones transformadoras en la respuesta educativa al flujo migratorio mixto de población venezolana en Colombia’; más de 150.000 menores de edad venezolanos residentes del vecino país, están fuera del sistema educativo a pesar de los “gigantescos” esfuerzos de las autoridades neogranadinas por integrarlas.
Según el estudio, en el que también participa el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), algo más de 198.000 menores migrantes ya están inscritos en el sistema de educativo colombiano, de los cuales un 79 por ciento corresponde a los ciclos de educación primaria y secundaria.
El organismo de Naciones Unidas advirtió que, al margen de la escuela, los niños y jóvenes también quedan fuera de ayudas importantes, como podrían ser los servicios de comedor.
De la misma manera, el informe constató que la tasa de alfabetización de la población que emigró en la corriente más reciente, es menor que la de flujos anteriores. Entre la población colombiana, la tasa de alfabetización ronda el 92%.
La comunidad venezolana emigrada a Colombia –1,8 millones, según datos de la ONU– es en su mayoría una población joven, por lo que el acceso a oportunidades de educación y formación sería clave para su desarrollo personal y para el aprovechamiento de todo su potencial.
El informe de Unesco apuntó que puede haber otros costes indirectos que limiten el acceso a la educación de los jóvenes venezolanos, por ejemplo transporte, uniforme, alimentación y material.
Asimismo, detectaron que el sistema de educación colombiano posee diversas carencias en materia de infraestructura y recursos educativos disponibles, situaciones de hacinamiento en las escuelas, falta de acceso a servicios de agua y saneamiento en algunas regiones; así como también la falta de personal, tanto por las dificultades administrativas para ampliar las plantillas como por los límites para que los profesores venezolanos puedan ejercer en Colombia.
Los investigadores confirmaron que “obstáculos” precisamente tanto en el reconocimiento de título como en la equiparación de niveles educativos, hasta el punto de que se han detectado casos de niños y adolescentes que solo pueden acudir como observadores a las clases, sin certificar por tanto los cursos realizados.
El 89 por ciento de los venezolanos asegura que no ejerce su profesión porque carece de los permisos necesarios, bien sea de índole educativa o laboral, según las encuestas realizadas en Bogotá, Barranquilla, Medellín, Cúcuta y Cali y que figuran en el informe publicado este lunes.
En el lado contrario, el de los progresos, el estudio destaca el desarrollo y aplicación de sistemas de información que permiten reforzar la vigilancia a la población migrante, desde el Sistema Integrado de Matrículas (SIMAT) a la incorporación del apartado ‘país de origen’ en el registro de datos administrativos.
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