Ejercer cargos políticos en el contexto actual de Venezuela es un “riesgo” que muchas parlamentarias opositoras siguen dispuestas a enfrentar. Reconocen que “no es tarea fácil”, pero en virtud de la decisión de continuar en el espinoso camino, también tienen claro que deben hacerlo con “convicción y compromiso”.
Por Carolina Alcalde / voanoticias.com
¿Cómo encaran las mujeres el reto de ejercer en la política en un país como Venezuela?
Para indagar sobre el tema la Voz de América entrevistó a tres parlamentarias opositoras, que coinciden en que el mayor desafío y preocupación de ser política en medio de las actuales circunstancias es mantener “protegida” a sus familias.
Karim Vera es parlamentaria por el estado Táchira, al suroeste del país, fronterizo con Colombia y una de las zonas más golpeadas por la crisis que atraviesa Venezuela. Justo a la hora pautada para realizar la entrevista, como es usual desde hace varios meses, quedó sin servicio eléctrico. Teléfono en mano, conversó con la VOA mientras buscaba en la calle una mejor señal.
Pero no lo logra, la imagen se congela, así que apelamos a una alternativa que permite concretar la entrevista. Enviamos las preguntas que la diputada responde una a una a través de notas de voz de WhatsApp, la única forma de evitar trabas en la conversación bien sea por video o llamada telefónica.
“Lo más difícil en este momento como parlamentaria y mi rol como política, es el resguardo y la seguridad de mi familia, de mis dos hijas. Hacer política es un riesgo para nosotros, pero en medio de la dictadura, el riesgo también lo corre la familia y para mí es lo más complicado. Procurar hacer el bien, lo que como diputada me corresponde y procurar no ponerlos en riesgo”, afirma Vera.
La parlamentaria que preside la Comisión de Fronteras de la Asamblea Nacional (AN), subraya que el gobierno en disputa ha “armado a grupos de civiles” que permanentemente “acechan” y “amenazan”.
Además, explica, la coyuntura planteada por el COVID-19 complica más el panorama. La legisladora relata que debe recurrir a herramientas virtuales para poder cumplir con su labor, entre ellas participar en las sesiones parlamentarias y sostener reuniones de trabajo con el resto de los integrantes de las comisiones de las que forma parte.
“Esto también se ve contrariado con el grave problema de electricidad que se tiene en el país, fundamentalmente en el estado Táchira en el cual vivo, donde mínimo tenemos cortes eléctricos por 12 horas”, sostiene.
A pesar de las circunstancias y las dificultades relacionadas con la conectividad, Vera insiste en que ponen todo el “empeño” y “compromiso” para mantenerse conectados con la gente y “tratar de atender” en el Parlamento las necesidades más inmediatas de los venezolanos, con las limitaciones producto de las medidas de aislamiento social.
Pero además, llevar satisfactoriamente el rol de mujer profesional y el rol de madre, de “cabeza de familia” para poder cumplir con sus funciones de parlamentaria en Caracas es un reto para Karim Vera.
“Afortunadamente cuento con el apoyo de mi papá y mi mamá, que son quienes se quedan con mis hijas cuando estoy en Caracas. Y más allá de eso porque es regresar al Táchira y realizar el trabajo con las comunidades, de contacto de los ciudadanos que no solo se limita a legislar en Caracas”, comenta.
La diputada cuenta que a pesar de recibir “mucho apoyo” de parte de sus hijas, en ocasiones se “quejan” cuando no está. Sin embargo, procura prestar “la mayor atención posible” a su hija adolescente y cuando las actividades escolares se lo permiten, la acompaña en los recorridos que hace en la entidad.
“No quiere decir que con la niña de 10 años no lo haga, pero por ser una etapa delicada en su proceso de crecimiento, trato de brindarle la mayor atención, las herramientas correspondientes, conversar mucho. Trato de sobrellevar ambas actividades entendiendo que lo más importante para mí es su crecimiento y su desarrollo y por eso es que realizo la actividad política, para brindarle un futuro lleno de progreso y desarrollo. Sacar a Venezuela, para que le brinde esas oportunidades que ellas se merecen”, detalla Vera.
La parlamentaria opositora resalta el papel que ha llevado a cabo la mujer en la política en los últimos años, así como la perseverancia en la “lucha por la libertad”, sin embargo, reconoce que queda mucho por hacer para “darle a la mujer el rol fundamental e igualitario en la política venezolana”.
“Hemos venido apostando por establecer condiciones de participación igualitaria en todos los sectores de la sociedad venezolana para permitir que la mujer venezolana esté en el sitial que debe estar, no sólo en lo profesional, en lo personal sino también en lo político”, expresa.
“Apasionante”
Dos horas antes de participar en una sesión virtual del parlamento, la diputada María Gabriela Hernández conversó con VOA desde su hogar en Monagas, al oriente de Venezuela, estado que representa en la AN.
Surgen algunas fallas en la comunicación debido a la conexión, pero en este caso la llamada fluye. Afirma que ser política en el país es “apasionante” e insiste en que mantener protegida a la familia y la integridad, en medio de “tantas amenazas”, es uno de los mayores retos.
“Conlleva más responsabilidad que la que podía tenerse en tiempo de democracia, más responsabilidad con lo que se escribe para proteger a la familia. Se busca cuidar cada palabra aunque a veces no podamos contener”, afirma la parlamentaria, abogada constitucionalista, esposa y madre de tres mujeres.
Para Hernández, durante más de 20 años se estuvo “abonando un discurso de odio importante y eso ha caído en tierra fértil” por lo que considera que es “responsabilidad de una política no caer más en ese terreno”.
“En un momento en el que tenemos que superar una destrucción completa de la institucionalidad democrática y del país, estamos ante un sistema que es criminal, que no es para nada cónsono con la vida, con los DD.HH. y tenemos que procurar cambiarlo. Hacer las dos cosas a la vez, tener un discurso que no abone el odio y uno que vaya a superar la situación actual de desinstitucionalización democrática es un reto”, añade.
Hernández expone que su proyección de vida no contempló hacer política, pues se formó para participar en proyectos familiares, pero hubo un momento en el que avizoró “cómo se desmoronaba el Estado de Derecho” y comenzó a participar en aspectos sociales, siempre con el apoyo de su familia y de sus valores cristianos.
Coordinar su trabajo con la vida familiar ha sido “bastante llevadero”. Sus viajes semanales a Caracas no la alejan de la familia, al contrario, le permite compartir con dos de sus hijas que asisten a la universidad en la capital venezolana.
“Ellas nunca fueron egoístas porque sabían que cuando me ausentaba estaba ayudando a otros y eso ahora a ellas (sus hijas) las hace felices y orgullosas”, recuerda la presidenta de la Comisión de Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático de la AN.
Consultada sobre si vale la pena seguir arriesgándose en medio de este momento complejo en Venezuela, la legisladora no duda en responder: “Sí”.
“Creo que todo lo que implique trabajo, esfuerzo, sacrificio por la libertad y por la vida, vale la pena y eso es lo que nos estamos jugando los venezolanos hoy. Vale la pena dejar un mensaje, dejar una huella para preservar tanto vida como libertad”, subraya.
“Todo lo que hago, lo hago por mi familia”
Los cortes eléctricos en el estado Portuguesa, al suroeste de Caracas, complican la posibilidad de coordinar la conversación con la legisladora María Beatriz Martínez, pero una vez lograda la videollamada, expone lo difícil que es poner en palabras el día a día de la mujer venezolana.
“Lo que estamos viviendo los venezolanos es realmente una humillación a la dignidad humana en todos los aspectos. En cualquier parte del mundo nadie se plantea como una dificultad el tener combustible, agua, electricidad, telefonía o internet. En cuanto a la política, a las mujeres nos exige un plus, tenemos que dar más, demostrar más”, expresa la diputada nacida en Guanare, capital de la entidad que representa.
Describe además cómo ha sido perseguida por el gobierno en disputa porque durante varios años fue la única diputada opositora por el estado Portuguesa, hasta principios de este año cuando una diputada desertó de las filas del chavismo para sumarse a la oposición.
“Me ponía, me pone, siempre en el ojo del huracán, amenazas a mi familia, amenazas en la casa, persecución constante de las fuerzas policiales, una serie de situaciones que han sido bastante agotadoras”, subraya la parlamentaria, también abogada.
En varias ocasiones legisladores de distintas regiones han denunciado impedimentos para viajar en avión u hospedarse el algunos hoteles cuando deben permanecer en Caracas por trabajo.
Consultada al respecto, detalla cómo los legisladores han sufrido cuantiosas “limitaciones de todo tipo”. Muchos, como ella, deben recorrer cientos de kilómetros sin compañía, “expuestos” a la inseguridad.
En cuanto a lograr coordinar la vida laboral con la familiar, la diputada admite que es “complicado”, pero a la vez sostiene que es su “fuente de inspiración”.
“Todo lo que hago, lo hago por mi familia, por el derecho que tienen mis hijos a vivir en su país, por el derecho que tienen mis hijos a desarrollarse en Venezuela y eso me inspira a luchar contra este monstruo. En mi caso he tenido un apoyo familiar muy determinante, sin que la familia apoye a uno es prácticamente imposible”, destaca la madre de dos jóvenes.
A juicio de la parlamentaria, el COVID-19 se ha utilizado como “un mecanismo de mayor control social” y, cree que para evitar las protestas por la escasez de combustible”, se inició la medida de cuarentena a “destiempo” en el sentido de que en Venezuela la epidemia llegó con “retraso”.
Considera que este es el momento del “real peligro de la propagación del virus” y le preocupa que justo cuando comienza la “relajación” es cuando se inician los casos.
“El trabajo nuestro como parlamentaria en este momento es visibilizar todo esto que está ocurriendo, reflejar la grave situación que se está viviendo en Venezuela”, indica Martínez.
Para la legisladora, en materia política la mujer ha sido “la gran punta de lanza” y ha sido la que ha llevado adelante la búsqueda de soluciones y alternativas.
“¿Por qué formalmente casi no hay participación de las mujeres en la política?, creo que es un tema que hay que reforzar culturalmente. Siento que hay muchas mujeres con muchísimas capacidades, con muchísimo que dar, que pudieran estar haciendo un gran papel en cualquier ámbito de Venezuela”, concluye.
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