Mientras marchaba junto a otros manifestantes en una protesta contra la brutalidad policial el martes por la tarde, Marvin Pineda blandió un letrero que planteaba una pregunta directa: “Where are my Latinos?” o “¿Dónde están mis latinos?”
Por El Nuevo Herald
La marcha del martes a través de Wynwood y Overtown —un barrio negro histórico— fue una de las muchas protestas diarias, casi todas pacíficas, que han emergido en Miami en respuesta al asesinato policial de George Floyd en Minneapolis.
Pineda explicó que escribió “¿Dónde están mis latinos?” en su letrero porque opina que muchos hispanos en Miami no han sido lo suficientemente demostrativos en denunciar el racismo, o incluso en reconocer los prejuicios raciales dentro de su propia comunidad.
“Simplemente creo que en este momento muchos de nuestros hermanos latinos están guardando silencio con su complacencia. No están diciendo nada”, dijo Pineda, cuya familia es nicaragüense. “El hecho de que sea latino no significa que no respalde a las vidas negras”.
También describió la participación hispana en el activismo contra el racismo esta semana como decepcionante.
“Lo que pasa con Miami es que, a menos que algo nos impacte directamente, no nos importa una m—–. Si ese fuera un hombre latino en el piso, la ciudad estaría en llamas. Pero como no es así, somos complacientes. No estamos viendo suficientes latinos aquí, especialmente latinos blancos”, dijo Cortright. “El problema es que somos racistas contra nosotros mismos. Los latinos blancos están en contra de los latinos negros. Hasta que podamos lidiar con eso, no va a haber progreso en esta ciudad”.
Unos pasos por delante de Pineda y Cortright en la multitud de más de 500 personas estaba Carolina Gómez, una nativa de Miami con raíces colombianas.
Estaba sosteniendo uno de los únicos letreros en español visibles en la protesta. Decía “Sin miedo”.
“Acá vivimos en una comunidad latina donde tienen que ser conscientes de que también pueden participar y además tenemos muchos papás, abuelos latinos que ven esto en el noticiero y no entienden y de repente creo que hay que dar un poquito de esperanza de estar sin miedo… así que únanse y vengan que es una muy buena causa”, dijo Gómez. La decisión de escribir un mensaje en español en su letrero fue deliberada.
“Llega a más personas”, dijo. “Sé que mucha gente acá habla español. Es importante que sepan que nosotros también estamos en esto, que también es parte de nuestra responsabilidad”.
El martes, uno de los únicos otros signos en español (o, más exactamente, en espanglish) fue sostenido por Sebastián, de Colombia.
Decía: “And to all the racist Latinos: eso no se hace, eso no se hace, y yo no me voy a quedar callado.”
Para Sebastian, quien no quiso compartir su apellido, reconocer y denunciar el racismo en su propia comunidad es esencial.
“Creo que el primer paso para todos los latinos para ayudar al movimiento Black Lives Matter es reconocer que hay mucho colorismo y racismo en nuestra comunidad y desafortunadamente también diseminamos ese veneno. Solo reconocer eso es importante”, dijo. “Necesitamos exigir más de la comunidad latina”.
Específicamente, Sebastián pidió que “los latinos blancos usen su privilegio para ayudar a la comunidad afrolatina”.
Andrea Mercado, directora ejecutiva de New Florida Majority, está de acuerdo. Con el asesinato de George Floyd “no es la primera vez que presenciamos la brutalidad policial y hay muchos latinos que mueren a manos de la policía o la patrulla fronteriza. Pero los latinos también pueden ser cómplices de la violencia contra los negros y existen sentimientos anti-negros en nuestras comunidades ”, dijo.
“Aquí, en Miami-Dade, muchos de nuestros policías hablan español y tal vez los policías latinos son también responsables de perpetuar la violencia en las comunidades negras. Así que este es un momento importante para todos nosotros, para defender las vidas negras”.
Tanto Sebastián, el manifestante, como Mercado, también dijeron que la postura agresiva del gobierno frente a la ola de protestas —incluidas las amenazas del presidente Donald Trump de desplegar el ejército en las ciudades americanas— debería provocar a los hispanos que tuvieron que huir de regímenes opresivos en sus países de origen.
“Muchos de nosotros los latinos tuvimos experiencia con la brutalidad policial y la dictadura en nuestros países de origen… Y creo que cuando no respondemos de la misma manera aquí me hace preguntar por qué. Y es por la oposición a la raza negra que existe en nuestros países de origen, y creo que es algo que debemos enfrentar como comunidad”, dijo Mercado.
LOS HISPANOS BLANCOS “QUIEREN QUE SEAMOS INVISIBLES”
En 2017 Yvonne Rodríguez, residente afrocubana de Miami, cofundó Afro-Latinos Professionals, un grupo que busca “expandir y mejorar” la visibilidad de los afrolatinos.
En una conferencia telefónica con otras afrolatinas el miércoles, Rodríguez dijo que los esfuerzos realizados por los miembros de la comunidad latina para comenzar a hablar sobre la justicia racial desde la muerte de George Floyd destaca el silencio que hasta hace poco había sido el status quo.
“Cuando veo a mis amigos latinos publicando [en las redes sociales], no tengo ganas de agradecerles. Tengo ganas de decirles ‘por fin’. No los estoy aplaudiendo”, dijo. “No estamos comenzando en cero, estamos comenzando en menos 20”.
Rodríguez siente que la comunidad no está preparada para enfrentar este momento debido a su costumbre de rechazar las voces y experiencias afrolatinas.
“Estamos constantemente rogando para ser visibles y reconocidos por la comunidad latina, y no lo conseguimos. En mi experiencia, por mucho que trates de dialogar con ellos, es como hablarle a una pared”, dijo. “Trato con muchos latinos blancos. No estarán contentos con ningún tipo de protesta. Quieren que seamos invisibles… Tenemos que solidificar nuestra unión”.
Omilani Alarcón es una cineasta que vive en Miami y dirigió el documental de 2018 Latinegras.
Ella misma también se identifica como latinegra, una designación que no siempre le era accesible.
“Ahora mucha gente habla de la afrolatinidad, pero no siempre hemos tenido esa opción. Cuando era pequeña, solo era negra, no había negro y…”, dijo Alarcón. “Cuando la gente me ve caminando por la calle, no tengo tiempo de contarles de mi origen [puertorriqueño]. Lo primero que ven es mi cabello africano, mi nariz africana y que soy negra”.
Alarcón tiene esperanza de que la ola de activismo y protestas en Miami y en todo el país durante la última semana sirva como una oportunidad para que los hispanos no solo apoyen a Black Lives Matter, sino para que también enfrenten las actitudes racistas dentro de su propia comunidad.
“Ayudaría si los blancos hicieran escuchar sus voces y dejaran de ser complacientes con los sistemas de opresión”, dijo. “Va más allá de simplemente usar el privilegio de uno por el bien común, también requiere responsabilizar a los que te rodean y denunciar injusticias. Es triste que nosotros, los negros, tendemos a ser desacreditados hasta que alguien blanco, o con privilegio blanco, hable. Muchas veces las voces negras, las voces de las mujeres y las voces indígenas no tienen tanto peso como otras. Esto es algo que espero ver cambiar en mi vida”.