El Observatorio Ciudadano de Políticas Públicas publicó un estudio que reveló que 58,3 % de los manifestantes tenía más de un mes sin el servicio. Las autoridades reconocieron las fallas y echaron para atrás el aumento de precios anunciado. Por otra parte, el 7 de julio la fuerte lluvia que cayó sobre la capital sucrense no impidió manifestación en rechazo a la medida del alcalde de cerrar el mercado municipal durante toda esta semana.
El deterioro y la precariedad de la prestación de servicios públicos en Cumaná ha forzado a sus habitantes, y en especial a los residentes de las zonas populares, a romper la cuarentena decretada para esta semana del 6 al 12 de julio debido al aumento del número de casos confirmados positivos al COVID-19 en el estado Sucre, cifra que ya alcanza los 181 contagios.
El gas doméstico es uno de los servicios públicos con mayor incidencia en el descontento de la gente, al que se suma la ineficiente recolección de los desechos sólidos, la falta e irregular suministro de agua potable, electricidad y transporte público.
De acuerdo con las estadísticas del Observatorio Ciudadano de Políticas Públicas, este descontento provocó en junio de 2020, 14 protestas y manifestaciones de calle ante la insatisfacción de la demanda de venta y entrega de los cilindros de gas. El estudio reveló que más de 58 % de los que manifiestan por la precariedad de este servicio denunció que llevan más de un mes sin gas doméstico.
La falta de gas es recurrente en las diferentes comunidades de la ciudad, razón por la cual se registraron reportes en comunidades tales como: los sectores de Villa Bolivariana, Villa Esperanza, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora, Cascajal, Sabilar, Bebedero, Fe y Alegría, Caigüire, Brasil, la Villa Cristóbal Colón, Guarapiche y Boca de Sabana.
75 % de los encuestados aseguran que son censados por los líderes de calle de los consejos comunales, quienes llevan el registro del sistema Clap para el abastecimiento como proveedor del servicio, “y ni aún así recibimos los cilindros a tiempo, aun cuando el servicio es cancelado”, dicen.
Mientras, 25 % de los manifestantes por la falta de gas coincidieron en que a pesar de que han canalizado el pedido del servicio ante las oficinas de PdvsaGas, pasan más de un mes sin que se haga efectiva su solicitud.
Esta larga espera por el suministro del gas doméstico ha conducido a la población “a resolver” la cocción y preparación de los alimentos de la familia por sus propios medios.
Varios vecinos cuentan que han tenido que recurrir a la improvisación de fogones a leña, alternativa que ya se está haciendo común porque no tienen opción más que, en el mejor de los casos, disponer de artefactos y cocinas eléctricas.
Según el registro de los veedores municipales, 41,7 % de los residentes de las comunidades que protestan por la falta de gas doméstico utilizan cocina eléctrica; mientras que 33,3 % cocina en fogón a leña porque el presupuesto no le alcanza para comprar una cocina eléctrica y el otro, 25 % de los vecinos encuestados advierten que cocinan “mixto”, ocasionalmente cocinan a leña y otras veces usan artefactos eléctricos.
Aumento del gas lo echaron para atrás
Recientemente el gobierno regional de Sucre, a través de la Proveeduría de Servicios y Logística del estado Sucre (Provee Sucre), proveedor del gas doméstico en Cumaná, echó para atrás el aumento del precio de las bombonas de gas ante rechazo de las comunidades al incremento, el cual elevaba el costo del cilindro de 10 kg —conocida como la rojita— de 10.000 bolívares a 50.000 bolívares y la de 18 kg de 27.000 bolívares a 150.000 bolívares. Son estos los cilindros de mayor demanda en las comunidades.
Las autoridades suspendieron el referido aumento, pero a la vez, reconocieron que persisten las fallas en el suministro del servicio.
El presidente de Provee Sucre, Yoel Morao, advirtió el 15 de junio, en rueda de prensa, que el retraso en la atención a las comunidades se debía “a que se necesitan 40 cisternas semanales para cumplir con la demanda en todo el estado Sucre y solo estaban recibiendo 12 para ese momento”.
Sin gas y ahora sin posibilidad de comprar alimentos
Las penurias en esta cuarentena extrema se agudizan entre los habitantes de las comunidades de más bajos recursos de Cumaná y más cuando el gobierno municipal ordenó el cierre del principal centro de acopio y expendio de alimentos ante el brote de contagio de COVID-19.
Estar sin gas es un verdadero dolor de cabeza, pero no tener donde poder comprar los alimentos a precios más accesibles como en el mercado municipal es una calamidad”, aseguró Victor González, asiduo cliente del mercado.
El alcalde del municipio Sucre, Luis Sifontes, ante el estado de alarma en la ciudad por registrarse en la capital del estado más de 80 % de los contagios decidió cerrar el mercado municipal desde el 6 al 12 de julio.
Pero este 7 de julio a pesar de la fuerte lluvia que cayó en la ciudad a primeras horas de la mañana, los consumidores y usuarios se agolparon en la entrada del mercado municipal en rechazo a la medida de cierre y exigieron que este centro de venta de alimentos abriera sus puertas para la atención del público.
Para Iraida Gil, ama de casa, “cerrar el mercado es una locura. Aquí compra a diario todo el mundo porque es donde puede uno ahorrar algo; pero con esta medida lo que van a generar es más desespero entre la gente”.
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