Los líderes de la Unión Europea podrían no llegar a un acuerdo sobre un plan de estímulo ante la crisis del coronavirus, dijo el domingo la canciller alemana, Angela Merkel, mientras las negociaciones maratonianas se prolongaban hacia su tercer día al tiempo que también aumentaba la acritud de los países “frugales” por sus demandas.
Alemania y Francia, los potencias de la UE, buscan un acuerdo sobre un paquete de recuperación económica de 1,8 billones de euros (2,06 billones de dólares) para rescatar las economías del bloque, las cuales se enfrentan a su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial.
Después de dos agotadores días de negociaciones, un grupo de los llamados estados “frugales” del norte, más ricos, liderados por los Países Bajos, no pareció estar más dispuesto a dar marcha atrás en las demandas de recortar dicho paquete, lo que subraya la profunda división norte-sur en la UE.
“Hay mucha buena voluntad, pero también muchas posturas. Haré todos los esfuerzos pero es posible que no haya resultado”, dijo Merkel en Bruselas a su llegada en el tercer día de conversaciones.
A última hora del sábado, la canciller alemana y el presidente francés, Emmanuel Macron, abandonaron pronto el último tramo de conversaciones informales, negándose a aceptar que el nivel de transferencias a fondo perdido destinado a las economías más impactadas por la pandemia bajara de los 400.000 millones de euros.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, había acusado anteriormente a los Países Bajos y a sus aliados, Austria, Suecia, Dinamarca y Finlandia, de “chantaje”. Estocolmo propone reducir los subsidios a 155.000 millones de euros.
SALIDAS MOLESTAS
En su primera cumbre cara a cara desde que estallara el brote en Europa, los líderes comunitarios -portando mascarillas – han enmarcado esta cumbre como un momento decisivo en los casi 70 años de integración europea.
El hecho de no reunirse en mitad de una crisis sanitaria y económica sin precedentes plantearía serias dudas sobre la viabilidad continua del bloque, según altos cargos y expertos.
Macron dijo que había una voluntad de compromiso, pero que no debería disuadir “de la legítima ambición que necesitamos tener”, refiriéndose al nivel de dinero disponible en el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros previsto, que se financiará con dinero recaudado en los mercados de capital.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, que se enfrenta a elecciones legislativas en su país en marzo de 2021, fue franco sobre las divisiones con Francia y Alemania el sábado por la noche.
“Se marcharon molestos”, dijo Rutte sobre Merkel y Macron. “Todavía hay grandes diferencias”, dijo.
Mientras que los Países Bajos y sus aliados resistieron, otros obstáculos permanecieron, y no menos porque la salida de Reino Unido de la UE significa que otros tienen que poner más dinero para cubrir la brecha en las arcas conjuntas del bloque.
Hungría, respaldada por su aliado euroescéptico y nacionalista Polonia, amenazó con vetar todo el paquete en base a un nuevo mecanismo previsto que congelaría a los países que no respeten los principios democráticos.
“Hay posiciones muy diferentes”, dijo a los periodistas el primer ministro checo Andrej Babis. “Los Países Bajos insisten en que el estado de derecho debe ser una de las condiciones para proporcionar fondos”.
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