Los bancos europeos comprometidos en respaldar acciones contra el cambio climático enfrentan acusaciones de sostener un doble discurso por parte de grupos indígenas en Ecuador, luego de que un informe los mencionara como actores importantes en el comercio de petróleo de la selva amazónica.
Reuters
Stand.earth y Amazon Watch dijeron en su informe que ING, Credit Suisse, Natixis, BNP Paribas, UBS y Rabobank fueron los mayores patrocinadores en el envío por unos 10.000 millones de dólares de crudo ecuatoriano a refinerías en Estados Unidos durante la última década.
Cada uno de los bancos identificados, después de revisar el informe, se refirieron a los compromisos ambientales que habían asumido como respaldar el acuerdo climático de París de 2015, proteger los bosques y apoyar los objetivos de desarrollo sostenibles de las Naciones Unidas.
Pero las comunidades indígenas que se resisten a los planes de expansión de la industria petrolera en sus territorios señalaron que cualquier banco que respaldara el comercio de crudo era cómplice de las crecientes amenazas a la selva tropical más grande del planeta.
“Es un doble discurso de los bancos”, dijo Marlon Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana. “Devastar la Amazonía es devastar la vida”, agregó a Reuters.
La selva amazónica, que abarca nueve países de América del Sur, enfrenta un empeoramiento de los incendios forestales y la limpieza para la agricultura y la minería. Aproximadamente entre el 15 y 17% del bosque original ha sido destruido, principalmente desde la década de 1970, según los científicos.
El holandés Rabobank dijo en un comunicado que había dejado de financiar cargamentos de crudo ecuatoriano a principios de este año y agregó que las preocupaciones planteadas estaban “en línea con nuestros compromisos políticos”.
Tanto Natixis de Francia como el banco holandés ING se comprometieron en analizar las preocupaciones planteadas en el informe. El banco suizo UBS, anunció que ya había rechazado operaciones de crudo por sus inquietud sobre los derechos territoriales indígenas.
Credit Suisse, de su parte, dijo que los problemas planteados en el informe no representaban ningún incumplimiento de sus políticas de préstamos de petróleo y gas y que revisaba periódicamente su política de riesgos ambiental y social.
Para el banco francés BNP Paribas la metodología del informe era “opaca” y cuestionó la manera cómo sus autores habían llegado a esas estimaciones de las exposiciones financieras de los bancos.
REPUTACIÓN EN RIESGO
A medida que se intensifica el cambio climático, los bancos europeos han restringido cada vez más el respaldo a proyectos muy contaminantes. Pero su papel en la provisión de financiamiento especializado para comercializar crudo está siendo objetivo de un mayor escrutinio.
“A medida que los banco se comprometen en alinear sus servicios financieros con los objetivos de París, esto abre una nueva frontera de riesgo en su reputación”, dijo Bruce Duguid, director de administración de la firma británica Federated Hermes.
En Ecuador, que depende de las exportaciones de petróleo y la gran parte de la actividad de extracción está en manos de la estatal Petroamazonas, los grupos indígenas dicen que las concesiones a menudo se otorgan sin su consentimiento.
Un tribunal ecuatoriano dijo en 2019 que el pueblo waorani no había sido debidamente consultado y prohibió perforar en parte de su territorio.
Los temores sobre los efectos de la extracción en la selva aumentaron en abril cuando se rompieron dos oleoductos, privando a unas 27.000 personas de su principal fuente de agua. Y planes para perforar nuevos pozos en las inmediaciones del Parque Nacional Yasuní de Ecuador también causan alarma por ser el hogar de jaguares, monos aulladores y delfines rosados.
“Que esos bancos contribuyan a la conservación y protección de la Madre Tierra”, dijo Sandra Tukup, líder indígena de la nacionalidad Shuar.
El Ministerio de Energía y Petroamazonas no respondieron a las solicitudes de comentarios.
“Nuestra prioridad es cuidar el medio ambiente y mantener una relación armónica con las comunidades de las zonas de influencia de nuestra operación”, escribió el gerente Carlos Bermeo, en una revista de Petroamazonas el mes pasado.
RESPUESTAS MIXTAS
Natixis dijo que estaba acercándose a las partes relacionadas “con el objetivo de evaluar la mejor manera de abordar tales preocupaciones a través de la innovación en el financiamiento del comercio”.
Aunque ING cuestionó los cálculos de su exposición, señaló que dos comerciantes de petróleo nombrados en el informe ya no eran clientes y dijo que estaba discutiendo formas de mejorar el escrutinio de las transacciones vinculadas al Amazonas.
USB explicó a Reuters que se había negado a aprobar algunas transacciones cuando el origen de petróleo infringía “de manera verificable” sus estándares, incluidos los que protegen los derechos territoriales indígenas y que estaba “comprometido a mantener los más altos estándares ambientales y sociales”.
Credit Suisse señaló que el informe refería a su política de petróleo y gas, que restringe el financiamiento de proyectos que podrían amenazar la conservación o los derechos indígenas, pero estas políticas no se aplicaron a los “servicios de financiamiento comercial”.
Mientras que BNP Paribas aseguró que Amazon Watch y Stand.earth no le habían dado la oportunidad para participar en la preparación del informe y dijo que era “difícil comentar, incluso de manera general, sobre el supuesto apoyo de BNP Paribas a tales actividades”.
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