El envenenamiento de cualquier persona con un agente nervioso tóxico es considerado como uso de un arma química prohibida, dijo el jueves la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ, una agencia que forma parte de la ONU), en un comunicado relativo a la situación del líder opositor ruso Alexei Navalny.
El titular de la OPAQ, Fernando Arias, expresó el jueves su “profunda preocupación” ante la conclusión del hospital alemán en el que se encuentra el opositor ruso que este fue efectivamente envenenado con el agente Novichok. E indicó que el químico había sido prohibido específicamente este año por la agencia. También ofreció la colaboración de la agencia para esclarecer el caso.
“Cualquier envenenamiento de un individuo mediante el uso de un agente nervioso es considerado uso de armas químicas. Tal denuncia es un tema de grave preocupación”, dijo la OPAQ.
La fórmula química del Novichok fue agregada a la lista 1 de químicos de la OPAQ en junio, luego de su uso en 2018 en la ciudad inglesa de Salisbury contra el ex doble agente ruso Sergei Skripal y su hija Yulia. Al igual que sucede con el caso de Navalny, no son pocas las voces que sospechan del Kremlin y le han exigido explicaciones al gobierno ruso sobre su presunta responsabilidad.
La OPAQ, con sede en La Haya, Países Bajos, supervisa la Convención sobre armas químicas, que prohíbe el uso, desarrollo, producción, almacenamiento, transferencia y uso de toxinas clasificadas.
Alemania aseguró el miércoles que iba a ponerse en contacto con la OPAQ, aunque no especificó si pediría ayuda, a la que tiene derecho según los términos de la Convención.
La canciller de Alemania, Angela Merkel, indicó además que el envenenamiento de Navalny tendrá una “respuesta común adecuada” porque atenta contra los “derechos y valores fundamentales”, al tiempo que pidió respuestas al Gobierno de Rusia.
Las reacciones fueron similares a lo largo del arco político alemán: el ex ministro de Medioambiente y experto en Asuntos Exteriores de Los Verdes, Jürgen Trittin, dijo que no tiene duda alguna acerca del primer diagnóstico de La Charité que apunta a que Navalny fue envenenado con una sustancia química que afecta al sistema nervioso.
Sin embargo, el político verde agregó que no se podía decir con absoluta seguridad si el Gobierno de Vladimir Putin estaba detrás del atentado o si se trató de fuerzas dentro de los aparatos de seguridad que obraron por su cuenta. Trittin considera que el ataque pudo ser un “aviso” del régimen a las fuerzas de oposición tanto en Rusia como en Bielorrusia.
Otros políticos, como Norbert Rötgger, el experto en política exterior del partido de la canciller Angela Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU), opinó que tras los anteriores incidentes se podía esperar algo como lo ocurrido con Navalny.
Señaló, sin embargo, que Alemania y la Unión Europea siguen necesitando a Rusia y hay que mantener el diálogo.Los colaboradores de Navalny han defendido desde el comienzo la tesis del envenenamiento mientras que los médicos rusos que lo trataron hablan de trastornos metabólicos.
También se pronunciaron públicamente las administraciones de Donald Trump, Emmanuel Macron, Boris Johnson y organizaciones como la Unión Europea y la OTAN.
Con información de Reuters, AFP y EFE
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