Donald Trump, presidente de Estados Unidos, aseguró este lunes que su país vive la “recuperación más rápida” del mercado laboral, y prometió crear 10 millones de empleos en 2021 si logra la reelección, mientras su rival en noviembre, Joe Biden, buscaba reforzar su apoyo entre los sindicatos.
EFE
“Estamos siendo testigos de la recuperación del mercado laboral más rápida de cualquier crisis económica en la historia”, afirmó el gobernante durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca con motivo del Día del Trabajo, festivo federal en Estados Unidos.
Trump destacó que el mes pasado la economía estadounidense añadió 1,4 millones de empleos, lo que representa 10,6 millones de puestos de trabajo nuevos desde mayo pasado.
“En cambio, la tasa de desempleo se desplomó, realmente para sorpresa de muchos, hasta 8,4% en agosto”, agregó el gobernante, que destacó que se trata del segundo mayor descenso de ese indicador en un mes.
Y anticipándose al 2021, aseguró que crearán 10 millones de empleos, “al menos en los diez primeros meses”.
El índice de desempleo, que estaba 3,5% en febrero, el nivel más bajo en medio siglo, saltó 14,4% en abril, cuando la pandemia de coronavirus impactó más fuertemente a la economía, y desde entonces ha ido descendiendo gradualmente.
Esa tasa cayó por primera vez en agosto por debajo de la marca de 10%, que fue la registrada en octubre de 2009, cuando Estados Unidos empezaba a salir de la Gran Recesión.
Una ley para los trabajadores
Sin embargo, solo alrededor de la mitad de los 22 millones de empleos que se perdieron durante la pandemia se han recuperado, y está por verse si el mensaje triunfalista de Trump sobre la salud de la economía cala en los votantes indecisos de cara a las elecciones.
“Joe Biden y los socialistas demócratas radicales colapsarían inmediatamente la economía”, insistió el gobernante, ante la posibilidad de que su rival llegue a la Casa Blanca el próximo enero.
Mientras Trump incidía en los datos macroeconómicos, Biden centró su mensaje del Día del Trabajo sobre todo en los derechos de los trabajadores, al acusar a su contrincante de haber “librado una guerra contra los sindicatos en Estados Unidos”.
“Esa guerra acabará bajo mi mandato. Firmaré una ley que hará más fácil que los trabajadores se organicen y negocien colectivamente, y seré el presidente más fuerte en cuanto a los derechos de los trabajadores que jamás haya habido”, escribió Biden en Twitter.
La directora de comunicación de la campaña del candidato demócrata, Kate Bedingfield, aseguró en un comunicado que Trump demostró a lo largo de estos cuatro años que, siempre que puede, “elige a los ejecutivos de corporaciones y a Wall Street por encima de los trabajadores”.
“Ahora que tantos estadounidenses están en dolorosos aprietos financieros, Donald Trump está tratando de recortar fondos a la seguridad social, y todavía intenta derogar la reforma sanitaria y poner en riesgo los cuidados de salud de millones de estadounidenses en plena pandemia”, alegó Bedingfield.
Wisconsin entre Biden y Trump
El exvicepresidente viajó a Pensilvania, un estado clave en las elecciones de noviembre, para participar en un acto con Richard Trumka, presidente de la AFL-CIO, la principal asociación gremial del país, y responder preguntas de miembros de distintos sindicatos.
La AFL-CIO es una importante fuerza dentro del electorado demócrata y agrupa a más de 12 millones de trabajadores del sector público y privado de EE UU, además de incluir a los sindicatos que representan a los empleados siderúrgicos.
La compañera de fórmula de Biden, la senadora Kamala Harris, intentó también reforzar los lazos con los sindicatos durante su primera aparición de campaña sola desde que fue seleccionada como candidata demócrata a la Vicepresidencia.
En el estado clave de Wisconsin, Harris se reunió con empresarios negros y trabajadores sindicalizados del sector eléctrico, y aprovechó para reunirse con la familia de Jacob Blake, un hombre afroamericano gravemente herido tras recibir siete disparos de un policía blanco a finales de agosto.