El presidente Donald Trump se mostró solemne y evitó la polémica este viernes en el aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001, mientras su adversario demócrata Joe Biden mostró su empatía con familiares que perdieron a sus seres queridos.
AFP
Trump viajó con su esposa Melania al campo donde hace exactamente 19 años se estrelló uno de los cuatro aviones secuestrados por yihadistas, en Shanksville, Pensilvania, un estado clave para las elecciones del 3 de noviembre.
El presidente dejó de lado su divisiva retórica para hacer hincapié en el patriotismo y la unidad nacional.
“En los días y semanas después del 11/9, ciudadanos de todas las religiones, de todos los orígenes, colores y creencias se unieron, rezaron juntos, hicieron duelo juntos, y reconstruyeron juntos”, dijo Trump.
“Resolvemos mantenernos unidos como una sola nación estadounidense, defender nuestras libertades y valores, amar a nuestros vecinos y a nuestro país, cuidar a nuestras comunidades, honrar a nuestros héroes y nunca, nunca olvidar”, añadió.
Fue en ese campo de Shanksville donde se estrelló el vuelo 93 de United luego de que los pasajeros y la tripulación intentaran retomar el control de la nave secuestrada por cuatro yihadistas, que se dirigía posiblemente hacia el Congreso. Las 44 personas a bordo murieron.
Biden también viajó a Shanksville con su esposa Jill, pero no se cruzó con Trump, debido a que ya no estaba en el lugar.
En el memorial dedicado al vuelo 93 y frente a unos 200 espectadores, Biden dejó una corona de flores blancas en el muro donde están grabados los nombres de las víctimas.
El candidato y su esposa conversaron con familiares, y luego visitaron una estación local de bomberos repartieron una torta y cervezas.
Empatía
Más temprano Biden, que acelera sus giras electorales tras permanecer semanas encerrado en su casa de Delaware debido a la pandemia, participó en la ceremonia que recordó a las víctimas de los ataques en Nueva York, donde murieron más de 2.700 de las casi 3.000 víctimas de los peores atentados de la historia.
Conocido por su empatía, Biden se tomó el tiempo para conversar -siempre con barbijo- con muchas personas presentes en la ceremonia, algo que no hacía desde el comienzo de la pandemia.
Una de ellas fue una anciana madre en silla de ruedas que perdió a su hijo de 43 años de edad en los ataques, y que conversó con Biden sobre la muerte de su hijo Beau a raíz de un cáncer. El candidato de 77 años de edad también sufrió hace muchos años la muerte de su primera esposa y su hija en un accidente de automóvil. El dolor “nunca se va”, le dijo Biden, con la mano en el corazón.
Antes de llegar a la ceremonia celebrada en el “Ground Zero”, donde antes se erigían las Torres Gemelas, en el sur de Manhattan, Biden había dicho a periodistas que no hablaría de nada que no estuviese ligado al 11/9.
“Hemos retirado toda la publicidad electoral hoy. Es un día solemne. Así lo vamos a mantener”, indicó.
El vicepresidente Mike Pence también acudió a la ceremonia en Nueva York, donde cruzó un saludo con el codo con Biden.
Pero a menos de dos meses de la elección donde Trump busca su reelección, los republicanos organizaron una ceremonia rival simultánea, también con familiares de víctimas, a dos cuadras del memorial del 11/9, a la cual asistieron el exalcalde Rudy Giuliani, abogado personal de Trump, y también Mike Pence.
“Marcar puntos”
Las ceremonias del 11 de septiembre tradicionalmente “están desprovistas de retórica política, y están dedicadas a rendir homenaje a las víctimas” de los atentados, dijo a la AFP el profesor de ciencia política de la Universidad de Columbia Robert Shapiro.
El evento es tan mediatizado que “el solo hecho de estar presente, de mostrar liderazgo y empatía, permite marcar puntos”, subrayó. “Por lo tanto los candidatos aprovechan la ocasión, al tiempo que silencian temporalmente la retórica corrosiva habitual”.
El hecho de que tanto Biden como Trump viajen a Pensilvania, donde los últimos sondeos dan cuenta de una carrera ajustada entre ambos candidatos, ilustra sus “cálculos evidentes”, sostuvo Shapiro.
Pensilvania fue demócrata durante largo tiempo hasta que en 2016 se inclinó por una corta mayoría por el republicano Trump, lo cual contribuyó a la sorpresiva victoria del exmagnate inmobiliario neoyorquino ante Hillary Clinton.
Ahora los demócratas quieren la revancha.
Aunque las ceremonias del 11/9 marcan una tregua, podría ser de corta duración, como sucedió hace cuatro años.
La demócrata Hillary Clinton participó en la ceremonia en Nueva York en 2016, contrariamente a su entonces rival Trump. Pero sufrió un malestar y se fue antes del final.
Su médico reveló luego que dos días antes había sido diagnosticada con una neumonía, algo que la exsecretaria de Estado había mantenido en reserva. Pero Trump explotó el episodio a su favor, burlándose de ella, e incluso la imitó en público, haciendo como que tropezaba.
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