El jefe de las Operaciones de Paz de la ONU, Jean-Pierre Lacroix, aseguró este jueves que seguirán dando prioridad a una mayor participación de la mujer en los procesos de paz, ya que son un actor clave para su éxito, al tiempo que hizo repaso de las misiones con más desafíos en Mali, República Centroafricana, Sudán del Sur y República Democrática del Congo.
EFE
En una rueda de prensa previa a la 75 edición de la Asamblea General de Naciones Unidas, Lacroix se congratuló por haber conseguido superar los objetivos de participación de la mujer en la mayoría de roles en misiones de paz, a excepción de las unidades militares, para lo que es necesario un mayor aporte de los países contribuyentes.
El pasado 28 de agosto el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó la resolución 2538 para pedir a los estados miembros aumentar los esfuerzos para una participación «plena, efectiva y significativa» de la mujer en todos los niveles y posiciones, desde fuerzas policiales, militares o de apoyo hasta de liderazgo.
Lacroix recordó que también es necesaria la mayor participación de la mujer en los procesos de paz y reconciliación nacional, ya que esa carencia «explica el fallo de muchos acuerdos», al tiempo que recordó que solo entre un 3 y 4 % de los mediadores o negociadores son mujeres.
El secretario general adjunto repasó la situación de la misión en Mali tras el golpe de estado en ese país contra el depuesto presidente Ibrahim Bubacar Keita y urgió a que todos los actores implicados «alcancen un acuerdo de transición cuanto antes que se traduzca en elecciones y en la apertura de una vía para la democracia».
Los líderes de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) acordaron ayer que la junta militar que tomó el poder ejecutivo una transición que en 18 meses (en lugar de los 12 meses exigidos al comienzo) permita la elección de un presidente y primer ministro civiles.
Lacroix opinó que ha habido progresos hacia la estabilidad en las misiones de República Centroafricana, donde los cascos azules trabajan para garantizar la celebración de elecciones a finales de este año; en Sudán del Sur, pese a que la implementación de los acuerdos de paz se ha ralentizado por el impacto de la pandemia de la covid-19; y en la República Democrática del Congo (RDC), donde es clave la reducción de las tensiones al este del país.
La misión en la RDC, Monusco, es la más extensa en personal y mandato de las 13 que tiene en marcha la ONU.
Lacroix aseguró que ahora lo principal es tener una «implicación política de la autoridades para hacer frente a la violencia en el este del país» y facilitar un diálogo con todos los actores políticos, que ponga fin a la violencia contra civiles, sobre todo en la región fronteriza de Kivu.
El secretario general adjunto reconoció que la COVID-19 ha tenido un fuerte impacto en las misiones de paz, como en el cambio de las patrullas para mitigar riesgos sin faltar a los compromisos de sus mandatos, al tiempo que ha deteriorado la situación de seguridad de las misiones.
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