Poco a poco, los grupos irregulares colombianos se han hecho espacio en estados fronterizos. El desplazamiento de finqueros y hacendados por parte de estos subversivos en municipios del Táchira es progresivo, al igual que la deforestación de parques nacionales para comercializar madera.
La presencia de grupos irregulares colombianos en el país pareciera incrementarse con el paso de los años. La frontera ya no es el área exclusiva a operar, sino montaña adentro, invadiendo incluso la propiedad privada.
Es la denuncia que el director general de Fundaredes, Javier Tarazona, ha hecho recientemente. Explica que grupos armados colombianos ocupan desde hace muchos años territorio venezolano.
“Inicialmente, se tomó territorio fronterizo. Pero podemos simplificar la presencia de estos grupos armados en Venezuela en tres momentos”.
Indica que antes de 1998, cuando tomó posesión de la presidencia de la República Hugo Chávez, fallecido, los grupos armados irregulares colombianos siempre habían querido ingresar al territorio venezolano.
En algunas ocasiones hicieron reuniones de alta política con los gobiernos de turno en Venezuela, pero finalmente fueron repelidos por las Fuerzas Armadas venezolanas”.
El segundo momento de estos grupos es luego de la llegada de Hugo Chávez al poder, acota Tarazona, cuando aprovecharon para sacar ganancia de la afinidad política e ideológica, así como de intereses comunes en foros internacionales, como el Foro de Sao Paulo.
“Esto permitió que tuvieran presencia en territorios como reservas forestales en Apure, Amazonas y Bolívar, pero era básicamente para resguardarse de la confrontación que el Estado colombiano tenía con ellos”.
Explica que el tercer momento sería en los años del 2002 al 2005, cuando la presencia de estos se aceleró en los estados fronterizos gracias a la compra de tierras y viviendas. “En la medida que han crecido, su poder de fuego también ha aumentado y eso ha generado interés sobre algunas zonas estratégicas”.
Agresiva
Destaca que han mantenido una “ocupación agresiva” durante los últimos años. Subrayó que, con el apoyo de las Fuerzas Armadas venezolanas, los grupos guerrilleros controlan territorios en la frontera.
Han ocupado grandes extensiones de tierra en el estado Apure, Zulia, algunas zonas del Táchira y han venido desplazando a los propietarios de estas fincas”.
Señala grupos como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) cuya presencia sería a través de 10 frentes desplegados en todo el territorio nacional, así como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con nueve frentes.
“Con ellos, el Ejército Popular de Liberación (EPL) que tiene una presencia reducida en los estados Zulia y Táchira, pero en Apure es aún menor y los grupos paramilitares que operan con pequeñas células en territorio zuliano”.
Esta situación ha obligado a muchos ganaderos y agricultores a abandonar sus predios por temor a ser agredidos y hasta asesinados, mientras que otros, para no perderlo todo, rematan sus tierras a bajos precios. Sin embargo, Tarazona destaca que hay otro grupo de hacendados que conviven con estos grupos en sus terrenos, sobre todo en la zona Sur del Lago de Maracaibo. “La situación en esa zona es bastante calamitosa”.
Deforestación en marcha
La deforestación de áreas bajo régimen de administración especial (Abrae) representan un riesgo para el ecosistema de estos espacios protegidos. Dentro de estas zonas se encuentran los parques nacionales y entre ellos, Tapo Caparo, ubicado en los estados Barinas, Mérida y Táchira; y El Tama, cuya extensión abarca Táchira y Apure. «En ambos este tipo de grupos armados fomentan la comercialización de la madera. Esta situación ha sido denunciada por diferentes organizaciones ambientales”, señaló Tarazona.
Otra de las amenazas de los grupos irregulares colombianos se cierne sobre la productividad de la tierra y, en especial, la ganadera se ve muy comprometida. Desde Fundaredes se asegura que fincas enteras han sido tomadas no solo en Táchira, sino en Apure, Barinas, Zulia y hasta en la zona sur del estado Mérida.
En esos predios los grupos irregulares han llegado y han sometido a quienes durante muchos años y hasta varias generaciones han trabajado en la ganadería. “Bajo coerción, muchos productores deben convivir con ellos, pagar vacunas o simplemente dejar lo que con tanto esfuerzo lograron”. Advierte el director de Fundaredes que algunas autoridades venezolanas han guardado silencio en torno a esta situación.
Cómplices por acción y omisión y han acompañado a estos grupos. Los alcaldes de los municipios José María Semprún, Catatumbo, La Guajira, Perijá y del estado Táchira realizan reuniones políticas con estos grupos armados irregulares. Han desarrollado tareas conjuntas de contrabando, narcotráfico y microtráfico. En el Táchira es el tema del contrabando y el control de pasos ilegales o trochas”.
Agrega que la presencia de estos grupos en el Táchira ya se extiende por los municipios Lobatera, los Capachos y Guásimos de manera permanente.
Una prueba
La presencia de estos grupos subversivos colombianos ha sido negada en varias oportunidades por las autoridades civiles y militares de Venezuela, pero el 20 de septiembre, el Ministerio de la Defensa informó sobre un supuesto enfrentamiento entre guerrilleros colombianos y militares nacionales.
El hecho, que ocurrió en el estado Apure, dejó un saldo de 15 irregulares muertos y cuatro bajas en el Ejército nacional. Fue poca la información suministrada al respecto por la institución castrense venezolana, pues en un comunicado se limitaron a indicar que hubo un enfrentamiento “desde donde operaban grupos estructurados de delincuencia organizada que se dedicaban al secuestro, extorsión, narcotráfico y otros ilícitos».
Sin embargo, extraoficialmente, se conoció que los militares intentaron dar captura a Ferley González, jefe de finanzas del Frente 10 de las FARC.
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