Brad Pitt y Angelina Jolie están a punto de poner fin a su interminable batalla legal. Los actores, que se separaron en 2016, tras seis años de relación y dos de matrimonio, siguen envueltos en el largo proceso judicial por la lucha de la custodia de cinco, de sus seis, hijos menores, que siguen sin haber resuelto. Unas discrepancias que durante cuatro años les han impedido llegar a un acuerdo definitivo pero que dentro de poco finalizarán con un vencedor y un vencido.
Ha sido a partir de este lunes, una semana después de que comenzara el juicio por la custodia de sus hijos, cuando se ha iniciado el proceso de divorcio más farragoso de la historia de Hollywood. Serán 30 testigos los encargados de subir al estrado, entre los que se encuentran expertos en violencia doméstica, médicos, excompañeros de profesión, guardaespaldas, psicólogos y familiares y amigos, y los que pondrán punto y final a una relación tóxica. En lo único en lo que ambos se han puesto de acuerdo es que ninguno de sus hijos será requerido para hablar durante el proceso.
El actor, que pretende conseguir la custodia compartida al cincuenta por ciento, llamará a 21 testigos. Por su parte, la actriz contará con el apoyo de las declaraciones de 7 personas, dentro de las que se encuentran las del propio Brad y las de ella misma.
Los argumentos de la famosísima intérprete siguen en la misma línea en la que se ha basado su separación y la distante relación que los niños han tenido con su padre, al considerar que el intérprete es dañino para sus hijos. Una larga batalla que se solventará próximamente y que, seguro, pasará a ser una de las noticias más trascendentes de este 2020.
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