El Gobierno de Perú, el país con la tasa más alta de mortalidad y el octavo del mundo en casos confirmados, ha retirado de su guía de tratamiento contra la COVID-19 una serie de medicamentos como la hidroxicloroquina, la azitrocimicina y la ivermectina tras comprobarse su ineficacia contra el coronavirus.
EFE
Esta decisión se produce en mitad de una gran polémica, pues la jefa del departamento del Seguro Social de Salud (EsSalud) encargado de hacer el estudio en pacientes peruanos fue despedida taxativamente tras trascender las conclusiones de la investigación.
El estudio afirma que el uso combinado de hidroxicloroquina y azitromicina en las primeras 48 horas de hospitalización incrementaría en 84 % más el riesgo de fallecer durante la hospitalización, 49 % más el riesgo de entrar en sala UCI y 70 % más de requerir oxígeno.
La investigación, pendiente de ser publicada en una revista científica, fue realizada por el Instituto de Evaluación de Tecnología en Salud e Investigación (IETSI) a partir de los datos de 5.683 pacientes internados en hospitales de EsSalud.
MILLONARIO GASTO EN MEDICAMENTOS
Los resultados de este estudio llegan después de que el Estado peruano haya realizado millonarias compras de estos medicamentos en los últimos meses, incluso después de que en junio la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, en inglés) retiró el permiso para usar hidroxicloroquina en pacientes con COVID-19.
En concreto, EsSalud, que es administrado de manera independiente al Ministerio de Salud y depende del Ministerio de Trabajo, ha gastado 25 millones de soles (unos 7 millones de dólares) en los últimos meses en hidroxicloroquina, ivermectina, tocilizumab y azitromicina, según publicó este martes el medio especializado Salud Con Lupa.
El argumento esgrimido por EsSalud para despedir a Patricia Pimentel del cargo de directora del Instituto de Evaluación de Tecnología en Salud e Investigación (Ietsi) es que los resultados «no son concluyentes» porque el estudio se realizó únicamente en pacientes moderados y graves y no consideró a los de carácter leve.
«Necesitamos trabajar más abiertos hacia la ciencia, tener mucha más rigurosidad científica y trabajar siempre criterios transparentes de metodología que no confundan a la población», afirmó la presidenta ejecutiva de EsSalud, Fiorella Molinelli, durante un acto público el lunes junto al presidente de Perú, Martín Vizcarra.
«No existe en estos momentos ciencia exacta para saber cuál es el tratamiento. Estamos en un proceso permanente de investigación como lo están haciendo todos los países del mundo. Hay que hacer esos análisis con la rigurosidad y eso es lo que estamos haciendo», apuntó Vizcarra seguidamente.
El mandatario negó que a Pimentel se le impida hablar, aunque en su resolución de despido se señala que «está obligada a guardar la debida reserva respecto a los asuntos o información a la cual haya tenido acceso, bajo inhabilitación para prestar servicios al Estado».
EXPERTOS REVISARÁN INVESTIGACIÓN
EsSalud ha remitido el informe para su correspondiente evaluación al grupo de expertos que asesora al Ministerio de Salud, el mismo que recomendó el uso de estos medicamentos a criterio de cada médico, como recordó el exministro de Salud Víctor Zamora, quien aprobó en abril la guía tratamiento de casos COVID-19.
Dentro de ese grupo están reputados médicos y especialistas como Eduardo Gotuzzo, uno de los mayores promotores en Perú del uso de la hidroxicoloquina y de la ivermectina, quien en agosto aseguraba que estos medicamentos daban «un alto nivel de seguridad en pacientes ambulatorios, a partir de experiencias internacionales».
No obstante, Gotuzzo consideró este martes que el estudio del IETSI «está mal diseñado» pero reconoció que «es cierto que esas medicinas no sirven en pacientes hospitalizados».
«Hace semanas que ya se sabe eso. Es más, si se lee en las normas que sacamos haces semanas, la indicación solo es pacientes ambulatorios y pacientes de alto riesgo», apuntó Gotuzzo.
«SIN EVIDENCIA» DESDE EL INICIO
El apartado de la guía del Ministerio de Salud que recomendaba la hidroxicloroquina, la azitromicina y la ivermectina, entre otros medicamentos, ya advertía desde un inicio que «no hay evidencia actual a partir de ensayos clínicos» para recomendar estos tratamientos.
La sugerencia partía de «estudios internacionales que ofrecen un limitado nivel de evidencia», por lo que dejaba su uso bajo responsabilidad de cada médico, sobre la base de una evaluación individual de cada paciente y previo consentimiento informado.
Sin embargo, el uso de estos medicamentos para tratar la COVID-19 se volvió una suerte de política nacional, y el Gobierno distribuyó estas medicinas a todos los establecimientos de salud del país.
En ese sentido, tanto Molinelli como la actual ministra de Salud, Pilar Mazzetti, han sido citadas para comparecer a una comisión parlamentaria del Congreso de Perú especializada en COVID-19 para explicar el retiro de los medicamentos y el despido de Pimentel.
En Perú ha muerto por COVID-19 uno de cada mil habitantes, la tasa más alta del mundo, al acumular casi 33.500 fallecidos, aunque desde el inicio de la pandemia hay registradas más de 80.000 decesos por encima de las cifras de años anteriores. En casos confirmados es el octavo del mundo con más de 850.000 contagios acumulados.
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