Amnistía Internacional lanza su campaña “Enfermeras para Cuidarte”, con la que se busca movilizar la solidaridad de la sociedad civil para lograr cambios en la protección de la vida de las profesionales de la salud y la superación de las terribles condiciones en las que las enfermeras están obligadas a trabajar.
Las enfermeras que laboran en los hospitales públicos de Venezuela reciben de las autoridades salarios que les condenan a la pobreza extrema. Sus salarios no sobrepasan los 4 dólares mensuales, en medio de la mayor inflación del mundo y de una profunda emergencia humanitaria compleja.
“Las autoridades venezolanas deben tomar medidas urgentes que garanticen que las demandas de las enfermeras sean escuchadas. La labor de las enfermeras es esencial para enfrentar la pandemia y la emergencia humanitaria, por lo que merecen salarios dignos que las alejen del umbral de pobreza, de al menos 1,25 dólares diarios, establecidos en los compromisos internacionales que Venezuela ha suscrito”, dijo Marcos Gómez, director de Amnistía Internacional Venezuela.
La posibilidad de contagiarse de COVID-19 es muy alta por la insuficiencia de equipos de bioseguridad para la protección individual, tienen jornadas excesivamente largas, sobrecarga de trabajo por falta de personal y viven diariamente el riesgo de contagiar a sus familiares. Estas son algunas de las dificultades a las que enfrentan en Venezuela las personas profesionales de enfermería.
Las condiciones para trabajar dentro de los hospitales venezolanos son inhumanas. En la gran mayoría, existen fallas en el suministro de agua, no funcionan los equipos de ventilación y no hay suficientes productos de limpieza como jabón y cloro para asear las áreas comunes. Hasta octubre, se reportó el fallecimiento de 237 profesionales de la salud por COVID-19 en todo el país, según estimaciones de organizaciones de la sociedad civil.
Representantes del gremio de enfermería afirman que existe un gran número de enfermeras con síntomas de bronquitis, bronconeumonía, neumonía e incluso contagiadas por COVID-19 y no pueden costearse los medicamentos recetados. Dentro de los hospitales donde trabajan tampoco les garantizan medicamentos ni los exámenes pertinentes, además afirman que en muchos casos las obligan a volver a sus puestos de trabajo si son asintomáticas y sin respetar los 14 días de aislamiento que debe hacer cualquier persona positiva para COVID-19.
Amnistía Internacional ha recibido reportes que varias enfermeras han sido objeto de represalias por su defensa de derechos y reclamo de mejoras a las condiciones laborales y remuneración. Algunas también han denunciado actos de violencia en su contra y estigmatización; especialmente dentro de su comunidad o su lugar de vivienda debido a las condiciones en las cuales ejercen su profesión.
“Después de siete meses de pandemia, es importante que las autoridades venezolanas comiencen a tomar en serio las vidas de estas trabajadoras de la salud, garantizándoles un salario digno, condiciones laborales que observen las leyes, prevención y atención de calidad en caso de contagio”, puntualizó Gómez.
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