El tren a Machu Picchu volvió este domingo a transportar turistas, los primeros que visitarán la ciudadela inca a partir del lunes tras haber estado clausurada al público durante siete meses y medio por la pandemia del COVID-19.
EFE
La reapertura de la principal atracción turística de Perú ha generado una gran expectativa, especialmente entre los peruanos, que agotaron todos los cupos disponibles para los primeros quince días de noviembre, donde el acceso al parque arqueológico será gratuito.
Este furor por volver a visitar Machu Picchu se notó este domingo en la mañana en la estación de Ollantaytambo, una parada casi obligada para todos los turistas que van a contemplar este monumental enclavado en las escarpadas y frondosas montañas de la vertiente oriental de los Andes.
Allí llegaron los primeros visitantes que no querían perderse el reencuentro con el monumento más universal de Perú, carente de turistas desde que el 16 de marzo se decretara un estricto confinamiento.
TREN A MITAD DE CAPACIDAD
El tren partió al 50 % de su capacidad, parte de su protocolo de seguridad frente a el COVID-19, que también incluye que todos los pasajeros lleven mascarilla y protector facial, y entreguen una declaración jurada de que no presentan síntomas de la enfermedad antes de abordar el vagón.
A la entrada a la estación también se toma a cada viajero la temperatura y se le desinfecta rigurosamente todo su equipaje.
En este tren viajaba el ministro de Cultura de Perú, Alejandro Neyra, que esta tarde participará en el acto oficial de reapertura de Machu Picchu, donde la joya arquitectónica de los incas se iluminará de manera especial al anochecer.
«Nuestra tarea es todavía brindar todas las condiciones de seguridad que permitan a los visitantes sentir confianza de que pueden ir a un lugar seguros», afirmó Neyra en declaraciones a la prensa extranjera realizadas en el andén de la estación.
CLAVE PARA EL TURISMO DE PERÚ
Preguntado por Efe sobre si la reapertura de Machu Picchu es el impulso definitivo que espera el sector turístico de Perú para reactivarse, Neyra indicó que este paso quieren darlo «con bastante cuidado».
«Lo más importante es reactivarlo porque la cultura tiene que seguir viva. Si bien los lugares como Machu Picchu se han preservado durante el confinamiento, es importante que la gente se reencuentre con la cultura, y tenemos que probar que podemos hacerlo de manera segura», añadió.
La mayoría de los pasajeros eran familias completas de Cusco, región sur de los Andes peruanos donde se encuentra Machu Picchu, y de otros departamentos vecinos que vieron la oportunidad de visitar la ciudadela a un precio muy inferior al que habrían pagado antes de la pandemia.
Incluso había viajeros que abordaron el tren sin tener un cupo para entrar al parque arqueológico, pero con la esperanza de poder lograrlo de alguna forma una vez en el lugar.
ESTRICTO PROTOCOLO
Sin embargo, el protocolo que se aplicará para visitar Machu Picchu en su reapertura al turismo será estricto y solo funcionará al 30 % de su capacidad, lo que supone que apenas 675 personas recorrerán los vestigios de esta construcción cada día.
Además, solo estará permitido el ingreso de 75 personas por hora, en grupos de ocho personas como máximo, incluido el guía, quienes durante todo su recorrido deberán mantener una distancia de al menos 2 metros entre ellos y de no menos de 20 metros entre otros grupos.
Al igual que en el tren, a los visitantes también se les tomará la temperatura mediante termómetros electrónicos y se les rociará con líquido desinfectante antes de iniciar su recorrido.
Machu Picchu es famoso a nivel mundial desde el viaje exploratorio del estadounidense Hiram Bingham en 1911, mientras que desde 1981 es reconocido como patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco y desde 2007 está considerado una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.
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