La canciller alemana, Angela Merkel, no descarta prolongar el cierre de restaurantes y cines más allá de un mes, ante el incremento de casos positivos de COVID-19.
En rueda de prensa, Merkel se mostró esperanzada de que las restricciones hagan su efecto y se pueda tener un diciembre «soportable» aunque «por supuesto» con las medidas de higiene y distanciamiento en vigor, pero apuntó que lo «determinante» es la incidencia acumulada (IA) a siete días.
Actualmente esta tasa se sitúa por encima de 120 contagios por cada 100.000 personas y la canciller consideró que esta cifra debe estar por debajo de 50. El 16 de noviembre Merkel se reunirá con los líderes de los 16 estados federados para analizar la situación y evaluar qué hacer con las restricciones.
Desde este lunes y hasta finales de mes restaurantes y bares, cines y teatros, gimnasios y piscinas permanecerán cerrados en toda Alemania para frenar la propagación de la pandemia. El comercio y los colegios, por su parte, permanecerán abiertos.
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Asimismo, los viajes quedan prohibidos, se recomienda el trabajo remoto siempre que sea posible y se limitan las reuniones privadas a un máximo de diez personas de hasta dos hogares.
Estas restricciones son «comprensivas» y «duras», consideró la canciller, pero «necesarias» para contener la pandemia de coronavirus y pueden ser un «rompeolas» que aplane la curva de nuevos contagios.
«Nos acercamos cada vez más a los límites humanos y estructurales del sistema sanitario. Eso no lo puede permitir ningún Gobierno, no el Gobierno alemán y yo no lo quiero permitir», aseguró Merkel, que recordó que la pandemia es «la mayor prueba de esfuerzo desde la fundación de la República Federal Alemana».
Las restricciones obligan a «prescindir de mucho de lo que es bueno», reconoció la canciller, y abogó por evitar «tres de cada cuatro contactos».
Tras apelar a la «razón» y el «sentido común», indicó que su objetivo con estas normas, que son «la variante suave» de lo que se ha implementado en otros países europeos, es «evitar en lo que sea posible un confinamiento».
Merkel deseó que se pueda celebrar en cierto modo las navidades, aunque con las medidas de seguridad. La canciller descartó que se puedan celebrar grandes fiestas de Nochevieja, pero se mostró esperanzada de que «el núcleo familiar» pueda reunirse, quizá con «precuarentenas».
«Serán navidades bajo las condiciones del coronavirus, pero no deberían ser unas navidades en solitario», apostilló.
Indicó, sobre las críticas por las pérdidas económicas que suponen los cierres de negocios, que no se pueden contraponer las crisis sanitaria y la económica: «La buena gestión de la pandemia es buena para la economía».
Es preciso, agregó la canciller, «reencontrar el equilibrio» entre salud y economía. «Ahorraremos mucho dinero si somos razonables» y se cumplen de forma mayoritaria las normas de higiene y distanciamiento, así como las actuales restricciones temporales, dijo.
EFE
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