Un juez en Georgia (EE.UU.) negó este viernes la fianza a dos de los sospechosos del asesinato de Ahmaud Arbery, el joven afroamericano que fue asesinado mientras hacía ejercicio y cuyo crimen a principios de año quedó grabado en video y generó una ola de indignación y protestas en todo el país.
EFE
En una audiencia celebrada este viernes en el condado costero de Glynn, el magistrado Timothy Walmsley aceptó los argumentos de la fiscalía estatal de que Gregory y Travis McMichael, padre e hijo, de 65 y 34 años, respectivamente, representaban un «peligro para la comunidad» y rechazó su liberación mientras esperan el juicio.
Los McMichael enfrentan nueve cargos, entre ellos asesinato malicioso y asalto agravado, por el crimen de Arbery, de 34 años, ocurrido el pasado 23 de febrero mientras trotaba en un vecindario de Satilla Shores, en la localidad costera de Brunswick, a unas 80 millas al sur de la ciudad de Savannah.
Padre e hijo permanecerán presos en el Centro de Detención de Glynn, donde se encuentran desde el pasado 7 de mayo cuando fueron detenidos por agentes del Buró de Investigaciones de Georgia (GBI) tras difundirse un video del crimen en el que aparecen ambos confrontando al joven.
La grabación fue mostrada en la audiencia de fianza, que se prolongó durante dos días y en la que testificaron varios familiares de los sospechosos, que son de raza blanca, y en la que también estuvo presente la madre de Arbery.
«Ahmaud no tenía ni idea de que estaba bajo ataque», dijo Wanda Cooper-Jones, la madre del joven, que agregó sentirse aliviada tras la audiencia.
Durante la vista, la defensa alegó que los McMichael debían ser liberados porque no representaban ningún riesgo de fuga, que carecían de antecedentes penales y que incluso Gregory fue oficial por siete años del Departamento de Policía de Glynn.
Las fiscalía ha sostenido que Arbery fue «perseguido, cazado y finalmente ejecutado» por los imputados y que el crimen podría tener motivaciones racistas, algo que los McMichael han rechazado con el argumento de que pensaban que la víctima era un ladrón.
Además de padre e hijo, también está acusado por el crimen William «Roddie» Bryan, de 50 años.
El caso dio pie a que se aprobara durante el verano una ley estatal bipartidista que endurece las penas para quienes son condenados por delitos motivados por raza, color de la piel, origen, religión, orientación sexual, discapacidad y género, entre otros.
Georgia era uno de los cuatro estados, junto con Carolina del Sur, Arkansas y Wyoming, que carecía de una ley de este tipo luego de que la Corte Suprema del estado declarara en 2004 «inconstitucionalmente vaga» una legislación aprobada en el año 2000.
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