El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, empieza en París, con una entrevista este lunes con el presidente francés, Emmanuel Macron, una larga gira que le llevará a continuación por diversas capitales de Oriente Medio y del Cáucaso.
EFE
Pompeo, que ha pasado un fin de semana privado en París junto a su esposa, será recibido en el Palacio del Elíseo por un Macron que el pasado día 10 en cuanto se supo que el candidato demócrata había ganado las elecciones presidenciales estadounidenses telefoneó a Joe Biden para felicitarlo, y además lo hizo saber de forma profusa con imágenes de la llamada e insistiendo en sus «prioridades comunes».
Pero de momento es el presidente Donald Trump el que sigue a las riendas de la primera potencia mundial y con su administración es con la que hay que abordar los temas internacionales, lo subrayó el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian.
En una entrevista en televisión el viernes, Le Drian insistió en que «por ahora» Pompeo es su «homólogo», y eso hasta la transmisión del poder en la Casa Blanca el 20 de enero. Por eso es con él que tiene intención de tratar «muchos temas difíciles», como la situación en Irak o en Irán, la lucha contra el terrorismo, las «dificultades» en Oriente Medio o las relaciones con China.
Además, el ministro francés avanzó que hay algunos mensajes que París quiere transmitirle, como que Estados Unidos no debería acelerar la retirada de sus tropas en Afganistán y en Irak ante el riesgo de acrecentar la desestabilización de esos países.
Washington indicó que en el menú de las conversaciones de su secretario de Estado en París estará la acción transatlántica en cuestiones económicas y de seguridad, así como la acción antiterrorista y otras amenazas mundiales.
En su cuenta de Twitter, al aterrizar en París Pompeo recordó que Francia es para Estados Unidos «el amigo y aliado más antiguo» y que les une una relación transatlántica construida sobre la base de valores compartidos: la democracia, la libertad y el Estado de Derecho.
Desde París, Pompeo viajará a Turquía, un país que tiene malas relaciones con Francia que se ha deteriorado de forma evidente en las últimas semanas con múltiples fricciones que han degenerado incluso en ataques personales del presidente, Recep Tayyip Erdogan, contra Macron.
Francia no se ha privado de señalar la paradoja de que un socio de la OTAN como Turquía se comporte de esa manera, y no sería de extrañar que el secretario de Estado de Estados Unidos intente bajar esa tensión.
No solo para preservar en la integridad de la Alianza Atlántica, sino también el anclaje con sus socios europeos de Ankara, teniendo en cuenta su creciente protagonismo en el tablero diplomático de Oriente Medio, del Cáucaso, pero también del norte de África.
La gira del jefe de la diplomacia estadounidense seguirá después en Georgia, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí.
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